Wilk, en el fondo, otro fichaje

El medio centro polaco, que solo jugó nueve partidos el año pasado e inactivo desde octubre, asume el nuevo curso como un nuevo debut

Cezary Wilk, con su nueva imagen capilar, en los primeros entrenamientos de esta pretemporada.
Wilk, en el fondo, otro fichaje más
Oliver Duch

Cezary Wilk fue un fichaje del verano pasado. Por lo tanto, con el sello de Ángel Martín González, el anterior director deportivo, que fue destituido fulminantemente en diciembre. El medio centro polaco apenas pudo mostrar sus cualidades y aportar el trabajo para el que fue contratado, procedente del Deportivo de La Coruña de Primera División. Una grave lesión de rodilla, con rotura de ligamentos y la derivación de una larga recuperación, solo le permitió jugar los nueve primeros partidos de liga. Se rompió el 27 de octubre en Girona. Los últimos ocho meses de competición los pasó en blanco, con sus muletas primero, después en la grada y, al final, aunque entrenaba con el equipo, sin poder ser convocado al no estar en ningún momento apto físicamente.


Por esta circunstancia adversa, Wilk fue un jugador fugaz en el historial del Real Zaragoza del año pasado. Aquellos nueve partidos del inicio quedan atrás, demasiado atrás en el tiempo. Era titular fijo para Ranko Popovic, el entrenador del momento. Jugador de brega y corte en la línea medular, duro en las marcas (en la 5ª jornada ya había visto cuatro amarillas y una expulsión, ante el Osasuna), se permitió la frivolidad de marcar un gol en un cabezazo tras un córner al Almería en La Romareda, en lo que fue su única aportación ofensiva relevante en aquellos duelos. Sus escasos 642 minutos luciendo el '6' del Real Zaragoza nada más llegar al equipo hablan de su residual aportación en la primera campaña como zaragocista por culpa de esa desgraciada lesión.


Este prefacio desemboca en una sensación generalizada dentro del vestuario y en el seno del área deportiva: Wilk es, en definitiva, otro fichaje más esta temporada. Un pivote defensivo con experiencia, veterano de 30 años, que prácticamente va a vivir un nuevo debut con el Real Zaragoza este segundo verano de su militancia con el club aragonés. El polaco también lo asume de igual manera.


"Es verdad que soy como un fichaje nuevo. Después de ocho meses sin jugar nada y lesionado, un futbolista pierde su sitio en el equipo. Ahora es momento para volver a pelear por un puesto otra vez como si empezara de nuevo", admite Wilk. El exdeportivista, tras las vacaciones estivales, ha recuperado la sonrisa. "No me duele ya nada, estoy muy contento después de estos primeros días de entrenamientos. Tengo sensaciones muy buenas. Son los primeros entrenamientos, desde la lesión, en los que puedo trabajar sin molestias y sin dolor. También sin miedo en la cabeza. Creo que soy un jugador nuevo", explica con sinceridad, dejando traslucir sus problemas imprevistos en los dos últimos meses de rehabilitación que vivió a las órdenes de Lluís Carreras al final de la última liga. 


Wilk apenas tiene trayectoria que analizar el año pasado. Luis Milla, el nuevo entrenador del Real Zaragoza, tiene en sus manos una pieza de nivel a la que recuperar al máximo rendimiento. Y el jugador de Varsovia espera acontecimientos al respecto. "He hablado con Milla, claro, pero todavía poco. Solo llevamos cuatro o cinco entrenamientos. Sobre lo que va a pedirme, todavía no hemos comentado nada. Hasta este momento, no", reconoce el jugador polaco ávido de retomar el pulso de la competición cuanto antes tras un año negro.

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