Cani, en puertas de volver

Rubén Gracia Calmache 'Cani' y el Real Zaragoza avanzan paso a paso hacia el acuerdo final para obrar el regreso del mediapunta zaragozano al equipo en el que se formó y donde dio el salto a la élite hace 14 años. Del escepticismo inicial cuando se planteó la posibilidad de reclutar al veterano jugador para el vestuario zaragocista, se ha pasado por un periodo de incertidumbre, otro de moderado optimismo hasta desembocar, en las últimas horas, en un grado de confianza notable respecto de que la iniciativa acabe con éxito. Cani está en puertas de volver al Real Zaragoza para cerrar su brillante carrera como futbolista profesional en La Romareda, donde la empezó en 2002.

Si los últimos detalles que faltan para rematar el acuerdo entre el jugador y el club se culminan positivamente en las próximas horas, la confirmación del fichaje de Cani por el Real Zaragoza podrá anunciarse a los cuatro vientos. Y su presentación, que tras lo ocurrido el pasado lunes, día 20, con la de Alberto Zapater, se antoja multitudinaria, quedaría pendiente de ubicar en el inicio de la semana próxima, la que acaba con el mes de junio y da paso a la oficialidad de la siguiente temporada, la 2016-17. Este es el plan a estas alturas del proceso. Pura maduración de las cosas.

Cani llegará al Real Zaragoza a punto de cumplir 35 años (será el 3 de agosto, en plena faena estival) tras haber quedado libre de su último club, el Deportivo de La Coruña. Su clase y su técnica siguen vigentes, en lo alto de la cresta de rendimiento. La diferencia, respecto de cuando se marchó rumbo al Villarreal en 2006, son los años de vida y de experiencia. Habrán pasado diez largas temporadas de estancia fuera de casa, ocho y media en Villarreal, media en el Atlético de Madrid y una en el Dépor. Una década viendo a Cani desde lejos, con otras camisetas, incluso visitando La Romareda como rival en los tiempos en los que, el ahora atrancado Real Zaragoza, aún sobrevivía en Primera antes de caerse por el sumidero a Segunda. 

El futbolista de La Paz-Torrero, para que este sueño de Narciso Juliá y los dirigentes del actual Real Zaragoza se pueda hacer realidad, habrá tenido que amoldar sus condiciones salariales a la precariedad del momento que vive el zaragocismo. La SAD también tendrá que dar algún paso adelante para contrarrestar las distancias que, por pura lógica de trayectorias, separan al jugador del club en el punto de partida de la negociación. Y, entre todos, están a punto de lograr otro regreso sonado al vestuario de La Romareda, que se sumará al efecto de renacimiento de valores que ha supuesto el retorno de Alberto Zapater tras siete años de periplo por el extranjero. 

Esta vez sí que parece tomar cuerpo firme el proyecto de una directiva de 'aragonesizar' la caseta del Real Zaragoza. Cani, junto a Zapater y algún otro que pueda venir más tarde, abanderarán el sentimiento y la implicación de un equipo que tenga alma. Este verano se quiere que sea el que marque un antes y un después en relación al pasado reciente del Real Zaragoza, por cuyas filas han pasado dos centenares de futbolistas apátridas, aves de paso y sin afán alguno por arraigar en la ciudad y el club. 

La camiseta con el número '8' está ya reservada para él. Fue su dorsal en cuanto se hizo jugador del primer equipo con todo derecho. También el brazalete con la cuatribarrada aragonesa lo portará en su brazo, en alternancia con Zapater y quién sabe si algún otro futbolista emblemático del zaragocismo moderno. Cani está en la recta final de sus vacaciones familiares, con el mar de por medio. Por eso no hay demasiada prisa por aprontar los tiempos. Los tratos van viento en popa y las voluntades confluyen en la mayoría de los puntos claves. Todo parece ya cuestión de tiempo. De buscar el momento más oportuno y posible.