La renovación del contrato y, por ello, la continuidad de Javi Ros en el Real Zaragoza 2016-17 ha encarado la recta final de las conversaciones. El centrocampista navarro, si todo concluye en breve tiempo como está previsto, confirmará próximamente su permanencia en la plantilla tal y como es el deseo del área deportiva zaragocista y, asimismo, del propio jugador de Tudela.

El caso de Ros fue incluido hace varias semanas en el mismo lote que los de Guitián y Lanzarote. Eran tres jugadores fichados en el mercado invernal -finales de enero- a los que solo se les contrató hasta el 30 de junio a expensas de ver su rendimiento y de saber dónde jugaría el Real Zaragoza el año próximo. A los tres se les ofreció la renovación antes de concluir la liga ya que su aportación y su peso específico en el grupo hizo pensar a Juliá y los dirigentes zaragocistas que serían útiles en el futuro tanto en Primera como en Segunda. Guitián manifestó que su intención era renovar. Lanzarote, dijo lo mismo con el aderezo de meter prisa al club por rubricar el nuevo compromiso pues tenía otras ofertas y no podía esperar a estas fechas. Y Ros, más cauteloso, se movió de puertas adentro dejando también patente su intención de jugar en el Real Zaragoza, en donde se encuentra a gusto personalmente.

Guitián acabó marchándose hace unos días al Valladolid. Lanzarote, tras publicar unos tuits en los que destilaba su adiós al Zaragoza, todavía no ha definido su futuro, algo que al club aragonés le corre prisa para iniciar la reconstrucción del equipo. Y Javi Ros, siempre en un segundo plano, parece que va a ser el primero que consolide su situación.

Ros llegó al Real Zaragoza hace cinco meses procedente del Mallorca, del que era capitán. Nacido en Tudela (Navarra) hace 26 años, es fruto de la cantera de la Real Sociedad, con quien debutó en Primera División en 2012 (ya había jugado en el primer equipo donostiarra dos años antes en Segunda División, antes de salir cedido al Eibar). Juliá y el cuadro técnico tienen en buena estima la personalidad de Ros, su manera de afrontar el presente del Real Zaragoza y su perfil como futbolista en los delicados momentos que vive la entidad aragonesa. Por eso, su continuidad es de las pocas que sería celebrada de consumarse finalmente, como así parece que va a ser.