Última oportunidad para que el Real Zaragoza anote de golpe franco

El equipo aragonés no ha marcado un solo gol de falta en 41 jornadas de liga ni en la eliminatoria de Copa que jugó. Está a punto de igualar un récord negativo.

Última falta clara de la que ha dispuesto a favor el Real Zaragoza. Fue en Huesca el pasado jueves e Isaac le arrebató el lanzamiento a Lanzarote en el último instante, chutando contra la barrera y desperdiciando una clara ocasión para haber hecho el 0-2.
Última falta clara de la que ha dispuesto a favor el Real Zaragoza. Fue en Huesca el pasado jueves e Isaac le arrebató el lanzamiento a Lanzarote en el último instante, chutando contra la barrera y desperdiciando una clara ocasión para haber hecho el 0-2.
Javier Broto

O alguien del Real Zaragoza consigue marcar un gol en Palamós de golpe franco, a través de una falta directa o indirecta lanzada como tiro libre, o la temporada 2015-16 va a pasar a la historia por un récord negativo: el equipo blanquillo concluirá la liga (y la Copa) con cero tantos anotados mediante ese procedimiento. Es posible que la competición, si todo sale bien y según lo previsto, conceda una prórroga extraordinaria que permita disponer de algún partido más para romper el mal fario que tiene la actual plantilla a balón parado en la estrategia ofensiva. Pero la liga regular, que concluye ya este sábado en el campo del Llagostera, solo concede 90 minutos más para evitar igualar un registro que ya obtuvo el último Zaragoza de Primera, el de Manolo Jiménez de la campaña 2012-13, donde el curso se pasó sin ver un solo tanto de golpe directo a portería a balón parado.


El equipo de este año ha demostrado desde agosto su ineficacia total en este arte de las faltas. Un mecanismo que suele aportar a todos los equipos una serie de puntos importantes en el discurrir de una temporada y que, en la estructura de la actual plantilla zaragocista, quedó despreciado casi desde el principio de la competición. Por un lado, porque por las hechuras atacantes del Real Zaragoza contemporaneo, se gobierna poco el balón en las inmediaciones del área rival y se cobran pocas faltas en sus proximidades. Y, por otro, las escasas faltas que los árbitros vienen concediendo desde agosto, han sido pésimamente lanzadas por Pedro -mayoritariamente-, Rico y, últimamente, Lanzarote o Isaac, que sorprende e inusualmente le 'robó' una a su compañero en Huesca que se antojaba propicia para que el zurdo catalán hubiese hecho el 0-2 antes del descanso y hubiese estrenado este casillero vacío del global estadístico del equipo.


El año pasado, el equipo aragonés ya marcó solo dos goles de 'free-kick'. Uno, aquel de Willian José en Lugo que, en el minuto 93, sirvió para empatar 3-3; y otro de Jaime al Recreativo en La Romareda, que abrió el marcador ante los onubenses ya en la segunda mitad para acabar ganando 2-0. El mal, por lo tanto, no es nuevo. Al contrario, viene de lejos y rompe en el último lustro con una tradición de buenos lanzadores de falta de la que siempre pudo presumir el Real Zaragoza en décadas pretéritas.


El estadio de Palamós-Costa Brava aguarda un lanzamiento certero de una falta por parte de algún jugador del Real Zaragoza. Es la última bala en la liga regular para evitar un serio renuncio, con categoría de perenne, del equipo zaragocista a la importante baza de los goles de estrategia directa desde los golpes francos. 


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