Séxtuple regate a las amarillas

Ninguno de los seis zaragocistas que jugaron advertidos de castigo fue amonestado, por lo que no habrá ninguna baja por sanción en Valladolid

Guitián, uno de los advertidos de castigo, grita la consecución del primer gol por detrás de Ángel.
Séxtuple regate a las amarillas
Oliver Duch

Solo Javi Ros fue amonestado en las filas zaragocistas en el duelo ante el Mallorca. Una buena -por escasa- cosecha de tarjetas amarillas la que obtuvo el cuadro aragonés, que jugó ante el Mallorca con seis de los siete futbolistas que tiene advertidos de castigo por acumular cuatro amonestaciones en sus respectivos ciclos: Rico, Guitián, Abraham, Dorca, Lanzarote y Culio. De este modo, el equipo de Carreras salvó una jornada de máximo riesgo, hizo un séxtuple regate a las cartulinas admonitorias del árbitro y puede viajar a Valladolid, para jugar en Zorrilla el próximo sábado (19.15), sin ninguna baja por motivos disciplinarios. Hay un séptimo jugador con cuatro amarillas, Diamanka, pero éste no jugó un solo minuto, como es habitual últimamente.


En una mañana en la que el Zaragoza rompió su reciente trayectoria en la que, en las últimas jornadas, veía infinidad de tarjetas -no solo amarillas, también rojas-, el equipo eludió el peligro de ver su once inicial menoscabado de forma relevante para el próximo duelo. Pero esta situación no va a desaparecer de aquí al final de la liga. No hay manera de sacar del corredor de la sanción a nadie salvo por la vía del cumplimiento del castigo. Tarde o temprano, todos o buena parte de estos jugadores verán la quinta y tendrán que quedarse fuera del equipo la jornada siguiente. Por eso, se trata de un asunto de difícil administración por parte de Carreras ya que está al albur de diversas cuestiones ajenas a la voluntad propia.


Alineando a seis o siete jugadores al borde de la suspensión, cabe la posibilidad de que confluyan varios de esos aspectos negativos y, en cualquier partido, surja un perjuicio masivo de cara al siguiente. La figura arbitral de turno es clave muchas veces (los hay más tolerantes, pero también más rigurosos con las tarjetas). También el perfil que tenga el juego en un partido concreto (hay rivales que llevan la disputa a términos de mayor dureza o contacto físico y otros que son menos agresivos). Y, por supuesto, el azar.


Ante el Mallorca, ningún jugador del Real Zaragoza se vio inmerso en jugadas polémicas ni en conflictos de ningún tipo. Tampoco ninguno tuvo que acometer acciones forzosas que, automáticamente, derivan en la muestra de tarjetas por parte del colegiado (jugadas con peligro inminente de gol, interrupciones flagrantes del juego, manos voluntarias...). Esta vez, el plantel zaragocista pudo hacer un requiebro prácticamente general a las sanciones en forma de cartulinas amarillas y no habrá daños colaterales que se dejen notar dentro de seis días en Valladolid. Habrá que ver qué sucede en Zorrilla y cómo llega el grupo al siguiente partido en La Romareda ante el Alcorcón.

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