Se repite el caso de la semana pasada respecto del sustituto del lesionado Erik Morán. Lluís Carreras ha de decidir el perfil del que ha de ser el relevo del pivote vasco este sábado en Elche y la disyuntiva vuelve a gravitar sobre Dorca y Tarsi. Apuestas bien diferentes. Futbolistas con características sensiblemente dispares.

Albert Dorca es el veterano, 34 años. Tarsi Aguado, el prometedor chico del filial, con 21. Dorca es zurdo. Tarsi, diestro. Dorca no posee una matriz de pivote único, es, como definió el propio Carreras la semana pasada, "un interior izquierdo", un volante puro de largo recorrido, de mucho trabajo. Tarsi sí que tiene en sus hemisferios cerebrales grabada la posición de medio centro como eje del equipo, por delante de los centrales y con despliegue hacia el área rival.

En la previa del último choque ante el Girona, Carreras amagó con poner a Tarsi. Así lo sugirió en su anticipada rueda de prensa del Jueves Santo. Pero al final, sorprendentemente, optó por alinear de inicio a Dorca. El catalán se ubicó donde Morán, buscando la salida del balón desde atrás ante la presión de sus paisanos gerundenses, con Culio y Ros por delante. La rápida y nociva expulsión de Cabrera, en el minuto 27, obligó a Carreras a "sacrificar a Dorca" (así definió su sustitución por Abraham antes del descanso el propio técnico), que abandonó el campo en el 35 sin tiempo suficiente como para poder ser sometido a una evaluación exhaustiva respecto de su rendimiento como pivote de transición en el juego. Eso sí, en ese tiempo, el Real Zaragoza no supo cómo sacar la pelota jugada desde atrás. Dorca, como el resto de colegas de la zaga y la línea medular, sufrió en grado extremo en su desempeño de distribución del balón. No hubo conexión entre las líneas de atrás y la delantera. No se generó fútbol. Fue un problema global, pero que también señaló en este caso a quien sustituía al titular de una posición que ha sido crucial durante el año.

Carreras está, en los prolegómenos del viaje a Elche, en una estación parecida a la de la semana pasada. Ha de definir el diseño del centro del campo del equipo que intente la victoria en el Martínez Valero, imperiosa misión para reconducir la marcha que se quebró con el 0-3 encajado en La Romareda el último domingo. Su decisión, quizá una de las más trascendentes de cara al discurrir del partido, es una incógnita a menos de 72 horas del choque. El momento de ser despejada, lo elegirá el entrenador.