Real Zaragoza, Pamplona, febrero, nieve... ¿se repetirá?

Por estas fechas, en 1983, el Osasuna-Zaragoza se jugó en un campo blanco y nevado. El año pasado, la nieve helada obligó a suspenderlo. Para este domingo, hay riesgo de nieve en El Sadar

Que el Real Zaragoza juegue en Pamplona en el mes de febrero conlleva, obviamente, la existencia del riesgo de sufrir las más duras inclemencias del invierno. La capital navarra es lugar habitual de fuertes nevadas cuando el cielo se pone fiero por estas fechas. El temporal que azota a buena parte de España en las últimas 72 horas ya ha tocado el área geográfica donde se ubica la ciudad pamplonesa. Este lunes, los copos se han dejado caer sobre ella. Y para el fin de semana próximo, aunque las predicciones meteorológicas no son rotundas al respecto, se anuncian precipitaciones que bien podrían ser de nieve.


 

Los partidos Osasuna-Real Zaragoza han sido afectados por el blanco elemento en dos históricas ocasiones. La última, muy reciente, es la de la temporada pasada, obviamente en Segunda División. Una intensa nevada caída sobre Pamplona en las 24 horas previas al partido, datado para las 12.00 del mediodía del domingo 1 de febrero de 2015 -circunstancia meteorológica que se repitió con fuerza apenas hora y media antes del inicio del choque- acabó provocando su suspensión. Los operarios osasunistas limpiaron la nieve helada en la mitad de la extensión del terreno de juego, pero no completaron la tarea en la otra mitad y el árbitro murciano Sánchez Martínez decidió no jugar pese a que el Zaragoza quería hacerlo. La presión de los directivos locales y el evidente mal estado del terreno de juego pesaron más que las intenciones de los responsables del club aragonés.


El cuadro rojillo, clasificado por entonces en la zona baja de la tabla, tenía ese día numerosas bajas, entre ellas las de los jugadores internacionales que estaban con sus selecciones (el iraní Nekounam, el congoleño Cedrik, el argelino Cadamuro y el camerunés Raoul Loé, estos últimos participando en la Copa de África). Por eso, los zaragocistas sugirieron, con evidente enojo antes de regresar a casa sin disputar el choque, que el Osasuna no había invertido todos los medios humanos y mecánicos para poner el campo en condiciones aptas. Al Osasuna le interesaba retrasar la disputa del derbi de rivalidad vecinal y así sucedió. La Liga de Fútbol Profesional lo ubicó un martes, diez días después. En una gélida noche del 10 de febrero, aún con algún montón de nieve apartado en las bandas, el Zaragoza ganó 0-1 a los navarros con un gol de Ruiz de Galarreta y, el Osasuna, que ya había recuperado a todos sus internacionales dispersos para ese día, no pudo sacar provecho del retraso provocado por la nieve días antes.


El anterior episodio de relación zaragocista con la nieve en Pamplona retrotrae la historia 33 años atrás. El 9 de febrero de 1983, en una jornada de miércoles en la Primera División, el Osasuna-Real Zaragoza se jugó sobre un campo totalmente blanco, cubierto por más de cinco centímetros de nieve y marcado con líneas rojas que apenas se veían con el paso de los primeros minutos de cada parte. Esta es la última vez que el cuadro zaragozano ha disputado un partido en condiciones tan extremas. Ese día, en el que la nevada no paró de caer durante los 90 minutos del choque, la decisión de jugar la adoptó unilateralmente el árbitro guipuzcoano, fallecido tiempo después en un accidente de tráfico en Fraga (Huesca), José Emilio Guruceta Muro. El Osasuna no tenía balones rojos, como es preceptivo en estos casos, por lo que el encuentro se dirimió con el habitual blanco que fue dificilísimo de seguir visualmente desde cualquier punto del estadio a lo largo de la noche. En este extraño escenario, el Real Zaragoza de Leo Beenhakker cuajó un memorable partido de fútbol y ganó 1-2 con un espectáculo impropio de las adversidades meteorológicas que reunía El Sadar. Valdano y Señor marcaron los goles zaragocistas y Echeverría el tanto navarro. Juan Señor falló incluso un penalti en una fecha inolvidable.


El domingo próximo vuelven a coincidir las coordenadas de estos partidos históricos: Real Zaragoza, Osasuna, Pamplona, El Sadar, febrero... y hay anunció de posibles nevadas en esa zona de Navarra en las horas que rodean al partido (se juega a las 19.15). A juzgar por los resultados obtenidos por el Zaragoza en tales casos, no debería asustar que el césped del estadio pamplonés se vea blanqueado por los copos de nieve si se da el caso.

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