La gozadera de Freddy

Hinestroza supera en Cordoba los notables 25 minutos que dejó ante el Leganés y, con cinco meses de retardo, justifica su fichaje

Hinestroza dedica a Carreras su gol.
Hinestroza dedica a Carreras su gol.
LFP

Freddy Hinestroza, la locomotora colombiana que llevaba cinco meses sin el vapor suficiente como para explicar al zaragocismo las razones de su sonoro fichaje en la recta final del verano, ha despertado súbita y felizmente en la última semana. A los notables 25 minutos que dejó ante el Leganés en el último partido en La Romareda, cuando salió desde el banquillo, ha añadido un sobresaliente partido en Córdoba, golazo incluido.


El veloz extremo zurdo, una de las piezas sobre las que el anterior director deportivo, Ángel Martín González, depositó buena parte de la responsabilidad ofensiva del equipo y, por ende, sobre el ascenso del Real Zaragoza a Primera División, es la pieza 'antigua' que más está consiguiendo recuperar Lluís Carreras en los últimos días de trabajo. Hinestroza es un chico peculiar. De esos que necesita cariño constante, atención permanente, reafirmaciones externas continuadas por parte de quienes lo entrenan, lo adiestran, lo instruyen tácticamente. Y, durante largo tiempo, se ha mostrado mustio. Descolocado. Sin chispa. Sobrerresponsabilizado. 


Hoy, al marcar el 0-2, se ha ido de cabeza al banquillo para dedicarle el éxito y compartirlo con el entrenador, Carreras. Ése es Freddy. Un chico que necesita de gestos, de cercanías, de ánimos de proximidad.


Ante el Leganés, salió por Lanzarote en el minuto 71 y le armó el lío a la defensa del Leganés por la banda izquierda hasta el 94. Entrando hasta el fondo, centrando, encarando, rematando y dándole una asistencia de gol decisiva a Ángel para ganar los tres puntos.


En Córdoba, ha sido la sorpresa que tenía guardada Carreras en el once inicial. Ha retornado a la titularidad y ha percutido con intención y solvencia todo el flanco zurdo del ataque zaragocista. Metiéndose además por dentro. Bajando a defender y a lanzar las contras, con sentido y buena combinación con sus nuevos compañeros, Ros y Culio. El colofón a su gran mañana ha sido el 0-2, un gol pleno de oportunismo, de magnífica visión en la llegada al área, de magistral toque sutil para hacerle el contrapié al portero Razak. Y, también, para guiñarle el ojo de complicidad a su colega Ángel, que le ha devuelto la asistencia que él le brindó hace ocho días ante el Leganés.


Hinestroza era una oveja casi descarriada hace tres semanas. Desde hoy, tras estos dos episodios, es, sin duda, uno más de los válidos. Un jugador con potencial diferenciador en Segunda División al que se esperaba hacía mucho tiempo y que estaba a punto de descarrilar irremediablemente.


Freddy ha armado la gozadera, la fiesta a la que cantan desde el pasado verano los muchachos caribeños de Gente de Zona. En la que Hinestroza, con su 'look' latino y sus modales puramente colombianos, no desentona ni un ápice. Una gozadera, la suya, que debe contagiar a los demás para poder llegar a junio con la tambora merenguera a todo ruido en la Plaza de España de Zaragoza. Si Freddy mantiene el nivel mostrado en los dos últimos partidos de aquí al final de la liga, el zaragocismo tiene garantizado disfrutar con su salsa.


Que haya visto la quinta amarilla y no pueda jugar por sanción en Pamplona es, sin duda, una inorportuna faena. Pero tiene también su parte buena: podrá recuperarse bien de sus peligrosos problemas musculares (ha vuelto a tener que ser sustituido antes de hora), su aparatosa lesión en la mano sanará sin riesgos durante 15 días más y, sobre todo, su concurso hasta el último partido en Llagostera estará prácticamente garantizado al quedar limpio de nuevo en el contador de las amonestaciones.

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