Duelo de históricos y aspirantes

El Real Zaragoza visita este domingo (12.00) el Carlos Tartiere de Oviedo con la obligación de retomar la senda de la victoria, si no quiere verse descolgado de la cabeza de la tabla. Cinco puntos le separan de los ansiados puestos de ascenso directo que ahora copan Alavés y Córdoba, dos de la zona de 'play off'.

El empate frente a la SD Huesca dejó un sabor agridulce entre un bloque que, con un hombre menos, demostró mayor capacidad de reacción que en anteriores encuentros, pero permitió que le empatasen en el peor momento: sobre la bocina y cuando ya se había recobrado la igualdad de efectivos sobre el terreno.

Los tres goles encajados volvieron a poner en duda la seguridad defensiva, seña de identidad que había acompañado a este Real Zaragoza durante el grueso de la temporada, y que se ha resquebrajado en las últimas fechas. A la sangría de goles del pasado domingo hay que sumar los recibidos ante Numancia (dos) y Gimnástic (tres) en la derrota que sentenció a Ranko Popovic antes del parón navideño.

Cifras contra las que, tal y como adelantó su sustituto, Lluis Carreras, en la rueda de prensa previa al partido del Tartiere, el Real Zaragoza debe combatir, volviendo a hacerse "fuerte defensivamente". En ese sentido, hizo hincapié en que en el fútbol de Segunda División hay algo muy importante llamado "vigilancias", que tiene que ver con la capacidad de "tener controlado al rival, saber acabar las jugadas y volver al sitio rápidamente". 

Ahí, en esa labor que comúnmente se conoce como repliegue, sobresale el nombre de Pape Diamanka, cuya ausencia -volvió ante el Huesca disputando la segunda parte casi completa- ha coincidido con la descompensación ataque-defensa. Es el futbolista más apto para la presión, y su inclusión en el once titular puede devolver una buena dosis de equilibrio al equipo. A pesar de que Carreras no quiso dar por sentada su titularidad, el senegalés es quien más papeletas tiene de acompañar a Erik Morán y Dorca en el centro del campo.

Atrás, no se esperan grandes novedades. Bertrán y el recién renovado Rico ocuparán los carriles, y la pareja -venida a menos- Vallejo-Cabrera protegerá a Bono. "Todos los jugadores con los que contamos están en las mejores condiciones y con muchas ganas de jugar, así me lo han demostrado", sentenció Carreras, en referencia al plantel que viajó a tierras astures, entre el que no figura el sancionado Ángel Rodríguez. Su puesto en la punta de lanza será ocupado por Ortuño, acompañado en los costados por Pedro e Hinestroza.

Enfrente habrá un Real Oviedo que se presenta como una gran piedra de toque en el mencionado interés por restablecer la fiabilidad trasera, teniendo en cuenta que, con 28 tantos a favor, son el segundo equipo más goleador de la Liga Adelante. Los de Sergio Egea marchan terceros en la clasificación, cuatro puntos por encima del Real Zaragoza, y vienen de obtener 10 de los últimos 12 posibles.

"Llevamos una racha interesante. La gente tiene que entender que no es fácil tener una continuidad de resultados positivos, y que el Oviedo se está comportando bien en una categoría nueva, en la que estamos desembarcando, llevamos sólo cinco meses", comentó el preparador antes de un encuentro en el que podría alinear el once que integran: Esteban; Peña, Verdés, David Fernández, Diegui Johannesson; Borja Valle, Vila, Erice, Susaeta; Toché y Koné.

Último precedente

El 23 de marzo de 2003 fue la última vez que el Real Zaragoza visitó el Carlos Tartiere de Oviedo. El equipo que por aquel entonces dirigía Paco Flores llegó ocupando la cuarta plaza, y con la necesidad de revertir una dinámica negativa -tres derrotas en los anteriores cuatro encuentros- que había complicado y mucho las opciones de ascenso. Al igual que este domingo, ganar era una obligación si no querían terminar de descolgarse de los puestos punteros, y así lo hicieron.

Un jovencísimo Cani adelantó a los maños en la primera mitad, después de recortar a dos defensores y batir por bajo al guardameta rival. Galletti sentenció en los minutos finales, estableciendo el definitivo 0-2.

En las siguientes 10 jornadas, el Real Zaragoza obtuvo 23 puntos de 30 posibles, concediendo dos empates (Numancia y Sporting de Gijón) y una única derrota (Las Palmas). Así, en la jornada 36, ya había escalado hasta el segundo puesto en que concluyó la temporada. Ni siquiera una pésima racha final evitó un ascenso confirmado a falta de tres encuentros.