El zaragocismo se cita con la solidaridad

Los veteranos del Real Zaragoza cayeron (2-3) ante los del Sevilla en la XXI edición del partido de Aspanoa.

Un instante del choque
Un instante del choque
Iván Les / A Photo Agency

La Romareda volvió a convertirse este domingo en cuartel general de la batalla contra el cáncer infantil. En la gélida mañana en la que se enmarcó la XXI edición del tradicional partido de Aspanoa, alrededor de 15.000 personas acudieron al estadio para brindar su apoyo a los afectados, recordando de corto a los que fueron sus ídolos. En esta ocasión, los veteranos del Real Zaragoza se midieron a sus ‘compis’ del Sevilla FC, y dejaron buenos detalles de la calidad que aún atesoran sus botas.


“¿Qué precio tendría un centrocampista como Santi Aragón en estos tiempos?”, le consultaba un aficionado a su padre. “Y el gran capitán, Xavi Aguado”, le replicaba este, antes de que García Sanjuán abriera la lata al poco de arrancar el encuentro. El resultado final (2-3) poco importó a una afición encantada de colaborar con tan especial causa.


Con la recaudación del evento, la Asociación de Padres de Niños con Cáncer -que llega a más de 600 familias de la Comunidad, Soria y La Rioja- financia aproximadamente el 50% de su presupuesto. Por ello, agradecen el apoyo y la colaboración de toda la sociedad aragonesa que, a pesar de vivir momentos de crisis, “siempre se vuelca”.


Además de por su repercusión económica, el evento se celebra para que las familias se sientan arropadas en su lucha, en un escenario de lo más especial. “Ver La Romareda llena de gente dispuesta a colaborar es una dosis de moral grandiosa para ellos”, comentaba Andoni Cedrún. “Para nosotros es un placer prolongar esta bella tradición porque sentimos que contribuímos a que muchos niños salven su vida”, añadía el presidente de la Agrupación de Veteranos, Jesús Glaría.


Otros nombres propios de la historia viva del zaragocismo como Belsué, Santi Aragón o Gerardo estuvieron también presentes en una cita que concluyó con el sorteo de ocho abonos infantiles y el emotivo aplauso de una grada entregada.

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