Wilk también se rompe el ligamento cruzado

El centrocampista se lesiona de gravedad y podría perderse toda la temporada. Es la segunda lesión similar en el Real Zaragoza en menos de un mes.

Wilk se retuerce de dolor en el suelo tras sufrir la patada de Mata en el área zaragocista.
Wilk se retuerce de dolor en el suelo tras sufrir la patada de Mata en el área zaragocista.
M. Martí/Diari de Girona

Los peores temores del Real Zaragoza se han confirmado este lunes con los resultados de las pruebas médicas de Cezary Wilk, que tiene una rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha, una lesión grave que le mantendrá apartado de los terrenos de juego al menos seis meses, por lo que ya podría perderse lo que resta de temporada. 


La lesión de Wilk es la segunda de similares características que sufre el Real Zaragoza en menos de un mes, ya que hace solo tres semanas Jaime Romero también se rompió el ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha, además del menisco exterior y un esguince en el ligamento colateral interno. El extremo zurdo, que ya fue operado, se encuentra en la fase inicial de su recuperación, que realizará entre Albacete, Údine (Italia) y Zaragoza, y espera poder jugar el tramo final de la temporada. 


Mientras la lesión de Jaime se produjo de forma fortuita, sin que ningún jugador rival le tocara, la de Wilk fue producto de la mala suerte en la acción más polémica del partido del pasado sábado en Montilivi. En el minuto 75, el delantero Mata se cayó al suelo dentro del área cuando iba a disparar a puerta, una acción en la que los locales reclamaron penalti de Wilk. 


El centrocampista del Real Zaragoza, sin embargo, fue el que recibió la patada del atacante que le acabaría costando esta grave lesión. El polaco, que había salido en el minuto 66 sustituyendo a Diamanka, aún volvió a entrar en el campo, pero un minuto después se volvió a tender en el césped y tuvo que retirarse de forma definitiva. 


Con la grave lesión de Wilk, Ranko Popovic pierde a otro hombre muy útil en el centro del campo, donde ofrecía prestaciones distintas a la del resto de sus compañeros. El polaco era una pieza clave en la presión y la recuperación del balón que aportaba solidez al centro del campo. De hecho, el polaco, que llegó el pasado verano procedente del Deportivo de La Coruña, había jugado nueve de los diez partidos de liga -siete como titular- y es el quinto futbolista con más minutos (642), solo por detrás de Cabrera, Rico, Dorca y Bono.

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