El club y el comité no llegan a ningún acuerdo

Los trabajadores fijos discontinuos que se ocupan de las puertas de acceso a la Romareda mantienen la convocatoria de huelga para el partido del domingo.

Los miembros del comité de empresa del Real Zaragoza entrando en las oficinas del club, en la tarde de ayer.
El club y el comité no llegan a ningún acuerdo
Oliver Duch

Después de casi una hora de reunión mantenida en la tarde de ayer en las oficinas del Real Zaragoza, la nueva propiedad de la sociedad anónima deportiva y los empleados fijos discontinuos del club aragonés no llegaron a ningún tipo de acuerdo en el conflicto laboral que les tiene situados frente a frente, en una mesa de negociación a la que se le van agotando las oportunidades. 


Mañana, en la sede del Servicio Aragonés de Mediación y Arbitraje (SAMA), volverán a verse las dos partes, sin que en este momento se pueda asegurar que de allí vaya a surgir un acuerdo que evite ‘in extremis’ la huelga de los porteros del estadio de la Romareda. 


Por el momento, sigue vigente el referido paro, que está convocado para el próximo domingo, para el día en el que está fijada la celebración del encuentro entre el Real Zaragoza y el Tenerife, partido correspondiente a la decimoprimera jornada del campeonato de liga. 


Si se van a abrir, o no, las puertas del estadio en la tarde del domingo es ahora mismo una cuestión que está en el aire, en el terreno de la incertidumbre. "En caso de no alcanzarse algún tipo de acuerdo –dijo ayer a este periódico Ignacio Guerrero, presidente del comité de empresa del Real Zaragoza– estamos dispuestos a llegar hasta las últimas consecuencias". 


Aunque ninguna de las partes quiso hablar ayer de manera expresa de "partido a puerta cerrada", en el ambiente quedó flotando este escenario, circunstancia que el club entiende perjudicial para el equipo. "En su postura, –indicó ayer Fernando Rodrigo, miembro del Consejo de Administración del Real Zaragoza–, el comité de empresa puede afectar al funcionamiento del equipo. Todos sabemos que ahora, en la Romareda, el Zaragoza no juega con once futbolistas, sino con doce, y puede decirse que a veces con alguno más". 


El origen del conflicto laboral, que afecta a 166 empleados fijos discontinuos de la sociedad anónima deportiva, se encuentra en la intención de la nueva propiedad del Real Zaragoza de externalizar este servicio, dentro de su política de ajuste y racionalización del gasto en todas las áreas de la entidad. El club ofrecía en un principio la recolocación de estos empleados en la empresa o empresas de ‘outsourcing’ que se contrataran a estos efectos, e incluso se llegó a hablar en determinados momentos de respetar salarios y antigüedades de los trabajadores afectados por estas medidas, a las que se da forma a través de un ERE. Sin embargo, el comité de empresa del Real Zaragoza nunca ha querido saber de la externalización y pretende negociar ajustes de plantilla.