Los clubes españoles reciben un trato fiscal desigual

Las administraciones forales favorecen acuerdos con los equipos de su tierra y la hacienda estatal los restringe cada vez más

La deuda total del fútbol profesional español con Hacienda ascendía a principios de 2012 a 752 millones de euros. A principios del pasado verano, se había reducido ya a 482 millones. Es decir, en apenas dos años y medio se ha rebajado prácticamente un 36%. Sin embargo, la presión política y social a raíz de la crisis económica general hizo que Hacienda virase en este tiempo. Los aplazamientos de pagos que hace dos años llegaron a obtener hasta 15 clubes de Primera y Segunda se han vuelto ahora inaccesibles, lo que lleva a algunos clubes al riesgo de desaparición, entre ellos el Zaragoza. Pero el trato no es igual para todos.


Para empezar, hay una diferenciación total entre los clubes de Comunidades Autónomas con un régimen de financiación foral y, por tanto, con una Hacienda propia, caso del Real Sociedad en el País Vasco (donde recaudan las diputaciones provinciales) o del Osasuna en Navarra, donde se rinden cuentas al Gobierno regional.


Los hechos imponibles son los mismos para todos, la génesis de las deudas fiscales es igual, pero los agentes que negocian son distintos y, en el caso del Osasuna –que debía 50 millones cuando descendió a Segunda–, se ha traducido ya en un levantamiento de medidas cautelares entre las que se incluía un embargo que hubiera impedido el pago a los jugadores, lo que a su vez abocaba el club al descenso administrativo a Segunda B y, con él, a la desaparición. 


En cambio el Real Zaragoza, aparte de su deuda histórica, sigue sujeto a las órdenes de embargo que dictó la Agencia Tributaria el pasado verano y que no ha levantado a pesar de haber saldado el club las deudas corrientes que originaron esa medida. 


El Osasuna pretende además saldar sus deudas con la Hacienda foral mediante la dación en pago de su patrimonio, por cuyo uso pagaría después un alquiler. 


A su vez, el Real Sociedad se ha logrado poner al corriente con el fisco en parte porque la Hacienda de Guipúzcoa le condonó sanciones tributarias por valor de 6,4 millones de euros y además le otorgó una subvención de 6 millones. En cambio, el Real Zaragoza dejó de percibir subvenciones deportivas a raíz de la ejecución del aval que le había concedido el Gobierno aragonés en la época de Agapito Iglesias al frente del club.


Al margen de las haciendas forales, la Administración Tributaria española también ha llegado a acuerdos con algunos clubes de fútbol que niega a otros. Entre los beneficiarios destaca el Deportivo de La Coruña, que, con una deuda fiscal de 34 millones de euros –9 más que el Real Zaragoza–, firmó el pasado 7 de marzo un convenio que distribuía los pagos en ocho años, con un interés del 2%, la retención del 25% de los ingresos extraordinarios y la reserva del poder de embargo sobre los derechos audiovisuales. 


Un poder que, según las últimas noticias, ha ejercido Hacienda sobre el conjunto de los ingresos del club gallego, acaso porque la Audiencia de La Coruña declaró que la deuda fiscal también está sujeta a quita.


Hace dos años la Agencia Tributaria también alcanzó un acuerdo con el Betis para pagar 30 millones de deuda privilegiada en seis años, hasta 2018. Igualmente atravesó dificultades el Málaga, que sin embargo consiguió regularizar su situación con Hacienda el año pasado tras un acuerdo de aplazamiento y fraccionamiento de pago, amén de la inyección inversora de su presidente, el jeque Abdullah Al Thani.

En otros casos, la cerrazón de Hacienda a aplazar deudas también amenaza el futuro de clubes igual que el de Zaragoza.