Un trato injusto

La Agencia Tributaria está dando al Real Zaragoza un trato injusto y discriminatorio que puede situar a la principal entidad deportiva de Aragón al borde de la desaparición, perjudicando por extensión al propio erario. Ante esta grave e inminente amenaza para la que es una destacada seña de identidad de los aragoneses, las instituciones de la Comunidad no pueden permanecer indiferentes.


El Real Zaragoza quiere pagar sus deudas y está haciéndolo. Sus nuevos gestores han demostrado, en las pocas semanas transcurridas desde que la sociedad anónima deportiva inició su actual trayectoria, que tienen la firme voluntad de poner en orden las finanzas y el Zaragoza ha abonado a la Agencia Tributaria en este tiempo seis millones de euros de la deuda que se acumuló a lo largo del periodo anterior. Por eso y porque se estaba negociando un calendario para los pagos posteriores, resulta incomprensible que Hacienda haya puesto en marcha, de improviso, un procedimiento administrativo, el apremio, que podría suponer la liquidación del Real Zaragoza, lo que además impediría al erario percibir las cantidades pendientes.


En el caso de otros clubes en situación semejante, Hacienda se ha avenido a negociar un plan de pagos ajustado a las posibilidades de la entidad. Negar ese acuerdo al Real Zaragoza supone una inadmisible discriminación. No cabe olvidar que el Zaragoza no es solo la principal entidad deportiva de Aragón, sino también una seña de identidad arraigada en la historia y en la vida de los aragoneses, que lo tienen como algo propio y trascendente. Ante este trato injusto que amenaza su supervivencia, las instituciones de la Comunidad habrían de implicarse para reconducir la situación hacia el diálogo.