El Zaragoza toma aire

El conjunto aragonés vence al líder y termina con una sequía que se había prolongado durante nueve partidos.

Víctor Muñoz, entrenador del Real Zaragoza
El Real Zaragoza toma aire con una sufrida victoria ante el ÿibar

Nueve jornadas sin conocer la victoria eran demasiadas. Diez podrían haber sido una pesadilla de la que habría sido muy difícil recuperarse. Un solitario gol de Luis García -reconciliado con la grada- y una más que notable solidez defensiva bastaron para doblegar al líder de la categoría y tomar algo de aire después de ver demasiado cerca los puestos de descenso a Segunda División B.


Como se esperaba, Arzo volvió al once para ocupar un puesto en el doble pivote junto a Barkero, que trató de hacer carburar al Real Zaragoza. Por delante de ellos Montañés, Álamo y Luis García formaron la línea de mediapuntas en una delatera que completó Roger. Fernández, que regresó al lateral derecho, fue la otra novedad en el once de Víctor Muñoz.


Los primeros compases transcurrieron sin un dominador claro, aunque sí con dos nombres propios, uno por conjunto. Jota, un habilidoso zurdo del conjunto armero, avisó desde un primer momento de su buen hacer con el balón en los pies. Por parte del conjunto local era Montañés, goleador una jornada antes, el que lo intentaba por el carril izquierdo. Suya fue la primera ocasión de peligro, pero la delantera no acertó a rematar su centro-chut.


Las escasas pinceladas de zaragozanos y eibarreses apenas se traducían en acercamientos y ya en el minuto 23 se escucharon los primeros pitos de la ocasión local. Una doble pérdida en el centro del campo enfadó al zaragocismo, que esperaba una reacción de los suyos después del palo del empate en Mendizorroza.


Sólo un minuto más tarde pudo haber dado un golpe en la mesa el Real Zaragoza. César Navas erró al ceder atrás un balón, que recogió Roger para encarar la portería de Irureta. El portero anduvo más listo y le ganó en el mano a mano. Tampoco Álamo, muy despistado durante el primer período, supo qué hacer con el balón una vez llegó rechazado a sus botas.


Mientras tanto, Jota fue haciéndose protagonista del partido. Partiendo desde la derecha, el zurdo despistó en numerosas ocasiones al entramado defensivo del Real Zaragoza y canalizó todo el fútbol de ataque de los guipuzcoanos, que pudieron superar a Leo Franco en un par de ocasiones. Roger, Montañés y Luis García probaban suerte en el otro área pero, bien el guardameta visitante o el desatino al lanzar a puerta evitaron que la igualada se rompiera antes de enfilar el túnel de vestuarios.

Mejor actitud

Víctor Muñoz buscó aire fresco en el descanso y dejó en el vestuario a un apático Álamo, que no tuvo acierto en las oportunidades con las que contó en la primera parte, para dar paso a Víctor Rodríguez. El catalán pasó a ocupar la banda izquierda, que Rico hizo suya una y otra vez, trasladándose Montañés a la diestra. Desde ese costado continuó siendo el mejor por los locales.


Una gran oportunidad de Roger, de nuevo desbaratada por Irureta, dio un vuelco al guión del partido. El Real Zaragoza comenzó a sentirse más agusto, adelantó las líneas comenzó a acercarse con peligro a la meta visitante. En estas, Luis García, al que menos se esperaba, enchufó un cabezazo al fondo de las mallas. El centro medido de Rico no fue desaprovechado por el asturiano, pitado por La Romareda cuando su nombre fue anunciado por megafonía.


Empujados por su afición, los de Víctor Muñoz se habían hecho ya dueños y señores del envite. El Eibar, muy solvente en la salida del balón durante la fase inicial del partido, empezó a mostrar ciertas dificultades para rebasar la línea divisoria. El preparador armero, Gaizka Garitano, agotó las últimas balas al dar entrada a Capa y Eizmendi. El técnico aragonés hizo lo propio al retirar a Luis García -ahora aplaudido- y dar paso a Cidoncha, dando algo más de aire a Barkero.

Emoción hasta el final

Las necesidades en los dos conjuntos empezaron a hacerse palpables. Los aragoneses subieron un punto la intensidad defensiva mientras el conjunto vasco trataba de estirarse con balones colgados. Esnaider entró en detrimento de Barkero. El joven delantero se mostró muy voluntarioso y bregador.


Sufrió la grada de La Romareda hasta el último segundo de partido. Una falta lateral rematada por Raúl Navas en el punto de penalti pudo haberse convertido en un duro golpe para el conjunto aragonés. Antes, Roger y Esnáider gozaron de sendas ocasiones para sentenciar y sólo la expulsión de Arzo por roja directa afeó las postrimerías del partido.


El pitido final fue recibido como agua de mayo por el zaragocismo. Se alejan los fantasmas (aunque el descenso sigue demasiado cerca y la promoción excesivamente lejos), pero sobre todo se rompe con una dinámica que estaba resultado demasiado pesada en el plano anímico.


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