Los viejos retos del nuevo entrenador

El nuevo técnico del Real Zaragoza se enfrentará a los desafíos que Herrera no ha podido superar, con el ascenso todavía como principal objetivo.

Paco Herrera le deja numerosos retos a su sucesor
Los viejos retos del nuevo entrenador

El Real Zaragoza todavía no ha presentado al entrenador que sustituirá al destituido Paco Herrera, pero el futuro técnico del conjunto blanquillo ya tiene una enorme lista de deberes pendientes colgada en el corcho de su despacho. Herrera se marcha con el equipo al borde del descenso, a cuatro puntos de los puestos de promoción y con el ascenso directo ya imposible, pero al margen de un equipo descompuesto y una afición frustrada deja una serie de problemas que deberá afrontar el nuevo entrenador.


1. El difícil reto del ascenso


El regreso a Primera División era el único y clarísimo objetivo de Paco Herrera y del Real Zaragoza al comienzo de la temporada, pero el transcurrir de las jornadas y los pésimos resultados del equipo han obligado al club y a la afición a replantearse el reto inicial. El entrenador catalán se marcha con el equipo en duodécima posición, a solo dos puntos del descenso y a cuatro de los puestos de promoción. Con el ascenso directo ya imposible -el segundo está a 11 puntos-, el Real Zaragoza tiene todas sus esperanzas puestas en el 'play off'. A falta de 12 jornadas para el final de la liga, el acecho a la sexta posición todavía es posible, pero pasa por una reacción inmediata del conjunto aragonés. La primera prueba de fuego será este domingo (12.00) frente al segundo clasificado, el Deportivo de La Coruña.


2. Huir del descenso


Si en las previsiones más optimistas sigue vigente la pelea por alcanzar los puestos de promoción, las pesimistas -o simplemente, realistas- obligan a mirar hacia los puestos de descenso. La sombra de la Segunda B ya acaricia al Real Zaragoza, que tiene solo dos puntos de colchón con el decimonoveno clasificado, la Ponferradina, y el descalabro del Racing de Santander del año pasado hace que las alarmas ya hayan saltado en la capital aragonesa. "Yo creo que el equipo, de 12 partidos, tiene que ganar tres para salvarse, y en ese aspecto estoy tranquilo. Pero hay gente en el entorno que no lo está", aseguraba Herrera tras perder en Ponferrada. Puede que su sustituto sea uno de ellos y, sin duda, deberá luchar contra el miedo y la posibilidad, cada vez más real, de que el descenso del curso pasado pueda ser doble éste.


3. Recuperar el buen juego


La principal obsesión de Paco Herrera cuando llegó al Real Zaragoza era dotar al equipo de un fútbol reconocible, atractivo y efectivo que no solo ayudara a lograr el ascenso, sino también permitiera reilusionar a la afición y devolver el buen juego a La Romareda. Durante los meses que ha estado al frente del equipo solo lo ha conseguido de forma muy intermitente, a destellos, en ocasiones contadas.


No le han ayudado las lesiones, la falta de jugadores con características para canalizar el juego o la incapacidad de la plantilla para trasladar al césped sus ideas. Con estos mismos obstáculos se encontrará su sustituto, quien deberá buscar cambios, tanto morales como futbolísticos, para cambiar la tendencia suicida del Real Zaragoza. El doble pivote por el que ha apostado Herrera, Paglialunga y Acevedo, no está funcionando ni en el despliegue físico ni en la producción de juego, mientras que los jugadores que deben ser determinantes en los últimos metros, desde Luis García a Montañés, no han cumplido las expectativas.


4. Lidiar con los problemas extradeportivos


Sin duda, una de los problemas que más han lastrado a Paco Herrera durante los últimos meses han sido los conflictos internos ya inherentes al Real Zaragoza. Ninguno de los entrenadores que han pasado por el club en los últimos años se han librado de los problemas extradeportivos surgidos alrededor de Agapito Iglesias y, ahora, Jesús García Pitarch. Esta temporada no ha sido una excepción y los incendios en los despachos de la SAD han dejado en un segundo plano el fútbol durante buena parte de la temporada: la decisión del director general de apartar a varios jugadores, su enfrentamiento directo con Movilla, su oposición a que Paredes jugara, el despido de estos dos futbolistas, su declaración pública de que quiere comprar el club...


Sin duda, uno de los principales retos del nuevo entrenador será lidiar con Pitarch, Moisés y compañía sin morir en el intento, así como aislar a la plantilla de unos problemas que hasta ahora les han afectado demasiado. No es de extrañar, y más cuando buena parte de los conflictos han afectado a varios jugadores. Tan solo quedan 12 partidos y en el Real Zaragoza ya no valen las excusas, así que el técnico que suceda a Herrera deberá lograr lo que no ha podido el catalán, y deberá hacerlo rápido.


5. Recuperar la moral de la plantilla


Con el estado anímico de los jugadores por los suelos tras siete jornadas sin lograr la victoria, otro de los mayores retos del nuevo entrenador será el de levantar la moral de la plantilla. "A veces nos sentimos inferiores a los demás, y eso me repatea", aseguraba Paco Herrera hace menos de un mes. El principal problema no es que hayan tropezado contra rivales como el Eibar o el Recreativo, que están luchando por el ascenso, sino que también lo han hecho contra equipos modestos, sin apenas trayectoria en Segunda o con presupuestos muy inferiores al del Real Zaragoza, como la Ponferradina, el Lugo o los filiales del Real Madrid y del Barcelona.


6. Cambios en el equipo


Otra de las decisiones que deberá tomar el entrenador será la de los cambios que, necesariamente, debe realizar en el equipo. Uno de los mayores fallos de Paco Herrera ha sido reincidir en sus errores y tratar de modificar los resultados sin cambiar nada en el equipo, por lo que el nuevo técnico deberá realizar una revolución, al menos parcial. En esta situación, jugadores como Luis García, Cidoncha, Acevedo o Paglialunga, las principales apuestas del entrenador catalán durante estos meses, deberán ser juzgados por el sustituto de Herrera.


Otros, como Víctor Rodríguez, Álamo y algunos de los canteranos, tendrán una nueva oportunidad para pasar de secundarios a protagonistas. También deberá recuperar a otros jugadores importantes que hasta ahora no han estado al nivel esperado, como Paco Montañés.


7. Reconciliación con la grada


Por último, y no menos importante, el entrenador elegido por Pitarch y compañía afronta el difícil reto de recuperar la sintonía entre el equipo y la afición. Una misión casi imposible, ya que el divorcio viene de lejos y se ha acentuado durante la temporada. La Romareda, cada vez más vacía, ya no encuentra consuelo y el técnico, como casi siempre, paga los platos rotos de un club que desde hace años deambula hacia el precipicio.


A la afición ya no le queda paciencia, por lo que el sucesor de Paco Herrera deberá cargar con el pesado equipaje del cada vez más profundo descontento de la grada. Tan solo una victoria y un cambio de imagen del Real Zaragoza en el partido de este domingo ante el Deportivo de La Coruña (12.00) podría calmar un poco la irritación del zaragocismo. Cualquier otro resultado sería nefasto para el desenlace de la competición, para el que ya solo quedan 12 capítulos.