Dos años en venta

La aireada oferta de García Pitarch no cumple los trámites que siempre ha exigido Agapito Iglesias.

El propietario del Real Zaragoza, Agapito Iglesias
Agapito Iglesias no desvela el precio de sus acciones
ARANZAZU NAVARRO

Surge la propuesta de Jesús García-Pitarch de hacerse con las acciones del Real Zaragoza justo dos años después de que Agapito Iglesias anunciara que las ponía a la venta. El 6 de marzo de 2012, el zaragocismo se mostraba expectante ante el anuncio del propietario de la entidad, que justo entonces acababa de salir de la situación concursal. Justo dos años después, el 6 de marzo, y otra vez por sorpresa, Pitarch hacía pública su voluntad de adquirir el paquete accionarial del constructor soriano.


La actuación del actual director general no cumple con las vías exigidas por Agapito Iglesias para poner en marcha cualquier operación de venta. El propietario había delegado entonces cualquier iniciativa a los despachos de abogados de Cuatrecases, Gonçalves Pereira y Gabinete Cimbra. Para cualquier posibilidad de llevar a cabo un cambio accionarial exigía entonces, como siempre había hecho hasta entonces el constructor, garantía de solvencia y discreción. Que, desde luego, no se ha llevado a cabo en la iniciativa del alto ejecutivo blanquillo.


Muchas cosas han cambiado en dos años en la sociedad anónima deportiva. A la permanente decadencia deportiva e institucional se ha añadido la profundísima grieta social, que ha hecho insoportable la presencia de Agapito Iglesias en cualquier foro vinculado al club? o ajeno. Además, la complicada situación judicial del soriano allana su salida del Real Zaragoza.


La figura de Agapito Iglesias queda enfocada, precisamente por su vinculación al Real Zaragoza. Y es consciente de que buena parte de sus complicaciones se allanarían en el caso de desprenderse de su paquete accionarial.


El dueño de la entidad ha recibido diversas ofertas para deshacerse del club a lo largo de los dos últimos años. La garantía de los ingresos por abonados y televisión con el equipo en Primera, así como las posibilidades de hacer frente a los pagos derivados del convenio, concitaron variados intereses.


Agapito Iglesias, sin embargo, no estaba hasta ahora totalmente decidido a vender. La entidad se había convertido en su medio de vida ante una complicada situación empresarial; y, al mismo tiempo, las opciones que se habían manejado no llenaban sus expectativas. Nunca ha querido vender de cualquier manera.


Pero dos años más de propiedad han acabado por zarandear al Real Zaragoza, de complejo futuro ante una situación todavía más complicada en todos los ámbitos. En Segunda División en los deportivo, pero, sobre todo, muy tocado en los ámbitos económico e institucional. Su decadencia ha puesto muy a tiro de piedra la compra de la sociedad. Y eso que una obsesión principal de Agapito Iglesias y el grupo de sus más cercanos ha sido siempre tratar de esquivar a los 'tiburones financieros'.


Acogotado por los problemas, desbordado por las críticas, debilitado en su ánimo, la situación del propietario del Real Zaragoza no es la misma dos años después de la puesta a la venta de sus acciones.


Pitarch se postula. Juega sus bazas.