El rompecabezas de Agapito

El dueño del Real Zaragoza debe mover ficha tras el anuncio de solicitud de compra aireado por García-Pitarch.

Agapito Iglesias, propietario del Real Zaragoza
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Agapito quiere vender el Real Zaragoza.Su situación personal y profesional; el enorme desgaste que soporta –vinculado de forma directísima a la propiedad de la entidad-, y las complicaciones judiciales del caso Plaza han acabado por pasar factura al empresario soriano, que suspira por encontrar una salida. Que nunca sería a cualquier precio. Pero, ¿cuánto puede aguantar?


Las cartas que ha barajado hasta ahora no pasaban por Jesús García-Pitarch. El propio director general lo ha rubricado este jueves, en la rueda de prensa en la que ha anunciado su interés por hacerse con el paquete accionarial del constructor. Pero la complejidad a la hora de concretar una operación –la entidad lleva justo ahora dos años en venta- y la compleja situación –la debilidad- de Agapito Iglesias han propulsado la opción del actual alto ejecutivo blanquillo.


No es ésta la alternativa preferida de Agapito Iglesias. No lo ha sido, al menos, hasta ahora. El actual propietario prefiere brindar el Real Zaragoza a un comprador solvente y que garantice el futuro de la entidad. Y alejarse, al mismo tiempo, de la operación, algo que no lograría en el caso de entregar la entidad a García-Pitarch, con el que está vinculado, al haberle brindado la Dirección General.


Las actuaciones judiciales del caso Plaza complican aún más cualquier operación de venta. A pesar de la dificultad real, existe la posibilidad de que el juez embargue las acciones de Agapito Iglesias en el Real Zaragoza para hacer frente a la fianza planteada por el Juzgado. Es verdad que eso no impediría la venta, pero la dificultaría de forma muy importante, al no conocerse cuál es el valor real de la sociedad. El precio de venta podría poner en alerta al juez.


Agapito Iglesias baraja otras opciones. Alguna de ellas, vinculada a empresarios aragoneses. García-Pitarch presentaba este jueves su propuesta, el anuncio de su solicitud de compra, vinculada también a diversos empresarios aragoneses, aunque no supo concretar ni su número ni su implicación ni su convección en el supuesto proyecto.


Hasta el momento, Agapito Iglesias no ha movido ficha; lo que también pone un velo -una sombra de duda- sobre la propuesta formulada por su propio director general. Por más que el anuncio oficial ponga de relieve la voluntad específica de una solicitud de cambio de manos.


Tampoco queda clara otra cuestión fundamental a estas alturas y en el delicado momento que vive el club: el tiempo en el que pueda concretarse la venta. No logra especificarlo el director general en su comparecencia. Y eso que tiene claro que las crisis social, deportiva y económica se envuelven unas a otras para complicar el futuro mismo del Real Zaragoza.


Se trata en realidad, por más que no la nombre Jesús García-Pitarch, de una crisis institucional. Y afecta a la misma esencia del club y a sus dirigentes.


Tras la maniobra del director general, deberá ser Agapito Iglesias quien mueva ficha. Pitarch ha tomado partido de forma definitiva: se brinda como alternativa y exige el movimiento de Agapito. ¿Qué resolverá el propietario?