Real Zaragoza

¿Por qué, Real Zaragoza...?

Por qué le cuesta tanto al Real Zaragoza ganar, por qué no acaban de entenderse los cambios de Herrera, por qué no sabe convertir La Romareda en fortín, por qué cuesta ganarse el respeto de los árbitros, por qué...

El jugador Ángelo Henríquez
Real Zaragoza-Alavés_6
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 1. ¿Por qué tienes tanto miedo a ganar…?

Otra vez más el Real Zaragoza se ha dejado escapar una victoria que tenía atada en el descanso. El 2-0 y el sentido del juego, la seguridad con la que ha encarado el partido, hacían presagiar un claro triunfo de los de Paco Herrera. Pero como casi siempre, el temor, el miedo a ganar, un absurdo terror que invade al equipo –del banquillo al último jugador- hace tiritar a la formación y complica la sentencia de cada partido. Ha sido clamoroso contra Deportivo y ante el Alavés –cuatro puntos perdidos de los seis disputados-; pero se ha puesto de relieve ante el Castilla, la Ponferradina o el Mallorca –por más que aquel fuera un partido extrañísimo-. Ganar se convierte en una tortura.

2. ¿Por qué cada partido es un calvario?

La obligación del Real Zaragoza era mostrar su jerarquía en Segunda División, poner de manifiesto sus ganas de prosperar cuanto antes y encaramarse a los puestos de vanguardia de la clasificación. Sin embargo, cada partido de la formación blanquilla es un vía crucis, un calvario que soporta cada fin de semana el zaragocismo. Cada victoria está labrada con un esfuerzo terrible; y sobre todo el desenlace de los dos últimos partidos zarandean el ánimo de una afición que soporta su cruz en cada encuentro.

3. ¿Por qué te empeñas en dar vida a un rival casi siempre noqueado?

Parece una liturgia, un proceso en el que el equipo aragonés se afana con un sorprendente ánimo revitalizador. Se ha enfrentado a escuadras a las que ha golpeado para dejar noqueadas, sin sentido. A las que daba la impresión de que apenas había de soplar para matar el partido. Y, sin embargo, ha sido incapaz de hacerlo.


Este sábado, ante el Deportivo Alavés, se ha vuelto a repetir la historia. El cuadro vitoriano estaba fuera de combate en el descanso. El Real Zaragoza le había pasado por encima tras una gran primera mitad. Y, sin embargo, tras el paso por el vestuario, los de Nacho González han crecido a costa de un Zaragoza tibio y conservador, asustadizo, que ha visto cómo el enorme valor de los puntos se le iba entre las manos más por su falta de ambición que por los méritos de un rival limitado.


Es una tónica: lo ha hecho en La Coruña –jugando con un hombre más-, ante la Ponferradina, contra el Mallorca, ante un Madrid B inocentísimo, que a punto estuvo de resurgir en el partido ante el Real Zaragoza. Una tónica absurda y que exige un análisis profundo.

4. ¿Por qué casi nunca entiendo los cambios de Paco Herrera?

Estoy convencido de que Paco Herrera es el técnico que debe llevar al Real Zaragoza a Primera. Sabe lo que quiere y cómo ha de hacerlo el equipo. Sin embargo, el desarrollo de los partidos le lleva a tomar decisiones complicadas de entender en los cambios. Fue clamoroso en Riazor, sobre todo en la sustitución de Montañés, cuando más importante era poner de relieve las ganas de ganar. Este sábado ha vuelto a asombrar con la salida de Víctor y el cambio de Roger –que ha completado un muy buen partido- y la entrada de Movilla. Ya se había anunciado que Acevedo no estaba para el encuentro completo, por lo que su salida era previsible.


Los cambios, en general, no logran mejorar al equipo. Sobre todo, por la confusión que generan. Además, los jugadores salen como con exceso de peso, de responsabilidad; en realidad, de temor. Les cuesta aportar al equipo más que lo que han dado los sustituidos.

5. ¿Por qué no infunde respeto La Romareda…?

Dos victorias, dos empates y dos derrotas no es el bagaje que se le solicita al estadio de La Romareda. Es el escenario por excelencia de la categoría y debería infundir respeto, más aún, temor. Sin embargo, los equipos se han acostumbrado a sacar partido del estadio municipal. Los futbolistas insisten en que el ascenso pasa por La Romareda y que hay que dominar los partidos de casa. La realidad se muestra muy distinta. No es el estadio que se le supone al más serio aspirante al ascenso. Al menos, sobre el papel.

6. ¿…y no nos respetan ni los árbitros?

El penalti pitado por el tinerfeño Trujillo Suárez en el último instante del partido ante el Alavés se une a la lista de decisiones arbitrales que han encadenado los árbitros en los partidos del Real Zaragoza. Se quejó Paco Herrera de los arbitrajes. Algunos de los errores han sido clamorosos. Por más que la solvencia de los colegiados esté a la altura de la categoría –de Segunda-, se exige un respeto al equipo aragonés,muy perjudicado en lo que va de Liga. (Hay que tener en cuenta, de cualquier forma, que los problemas deportivos del Real Zaragoza están al margen de los arbitrajes. Pero éstos no ayudan…).

7. ¿Por qué ser del Real Zaragoza es un sinvivir?

Es más que llamativo el descenso del número de espectadores del estadio municipal en lo que va de campaña. Sin embargo, hay una nutrida afición fiel, a la que no le atemorizan el puñado de graves problemas asentados en el equipo y, sobre todo, en la institución. La cara de los aficionados a la salida del estadio merece un tratado de psicología. Es una pena que el dueño del Real Zaragoza, Agapito Iglesias, haya renunciado a presenciar este desfile tremendo…