Real Zaragoza

La importancia de llamarse Paco

Paco Herrera, entrenador del Real Zaragoza, ha dado en poco tiempo la vuelta completa a la forma de actuar con la cantera. Nada tiene que ver con la forma de trabajar durante muchos años de otro Herrera, Pedro.

Paco Herrera, entrenador del Real Zaragoza, en el partido ante el Castilla
La importancia de llamarse Paco
ENRIQUE CIDONCHA

Herrera ha sido un apellido de peso, de jerarquía, en el Real Zaragoza. Bajo la batuta de Pedro Herrera en la secretaría técnica, el equipo aragonés ha logrado importantes gestas deportivas, entre ellas, la más importante distinción de la historia del club, la Recopa de Europa.


Con Herrera, con Pedro, la formación blanquilla ha conquistado también títulos de la Copa del Rey. Incluso él mismo formaba en aquella alineación que noqueó al Barcelona en la final de 1986, en el Vicente Calderón, con el gol logrado por Rubén Sosa. Además, ya se encontraba en la parcela técnica cuando se ganó el título de 1994, y en las ediciones de 2001 y 2004, así como la Supercopa conquistada en Valencia…


En tantos años, también ha acumulado errores, algunos muy graves, incluidos descensos de categoría. Aunque tal vez el principal fue el no haber sabido retirarse a tiempo, cuestión que ocurre a muchos otros dirigentes, en múltiples facetas de la vida.


Pedro Herrera confeccionó escuadras a base de visión y de talón. Supo sacar partido de su olfato y a su faceta de ojeador. Y, sin embargo, no pudo, no quiso o no supo sacarle brillo a la Ciudad Deportiva. Ha sido muy escueta la lista de futbolistas que, durante esa etapa, han surgido de la escuela del fútbol base del Real Zaragoza. Sin duda, Ander Herrera, jugador en la actualidad del Athletic e hijo del propio Pedro, es uno de ellos. Otros, como Cani, Arbeloa o Zapater han triunfado fuera de La Romareda. Y muchos más deambulan con más o menos gloria por los campos de categorías menores.


Otro Herrera, Paco, ha cambiado por completo la forma de actuar del club, de mirar a la base, a la cantera. El técnico catalán tuvo clara desde el principio la necesidad de refugiarse en el propio club, en los jugadores de casa, para intentar apuntalar la primera plantilla. Lo anunció en su puesta de largo. Y su convicción se plasmó en las alineaciones.


Paco Herrera ha dado entrada a Pablo Alcolea –que jugó en Vitoria la Copa del Rey- al lado de Leo Franco. Y tras la lesión del segundo portero, se llevó a Madrid, al duelo con el Castilla, a Óscar Whalley, guardameta del filial.


Diego Rico se ha hecho merecedor del puesto de lateral izquierdo, mientras también ha dado juego a Laguardia en el centro de la defensa y a Jorge Ortí en la vanguardia. Además, Tarsi Aguado, que ya jugó en Vitoria, ante el Alavés en Copa del Rey, está llamado a adquirir protagonismo en el Real Zaragoza. En la última convocatoria, entró también Anton, jugador del Real Zaragoza B que está llamando también a las puertas del primer equipo.


Una alargada lista de futbolistas e ilusiones sobre las que podría construirse un proyecto deportivo. Aunque en este Real Zaragoza existen demasiados obstáculos como para poder comenzar cualquier nuevo proyecto…