Castilla, donde está el norte

El Real Zaragoza sumó el pasado sábado, ante el Tenerife, tres puntos imprescindibles para salir de la errática dinámica en la que se encontraba inmerso. La victoria, la primera y la que rompía con la ansiedad que se había instalado en la plantilla, sirvió, al mismo tiempo, para alimentar la confianza de un equipo tocado en el aspecto anímico.

Hoy el con junto aragonés se ha liberado de una carga pesada y preparada con mucha más tranquilidad el partido de la próxima jornada, en el campo Alfredo Di Stéfano, en donde jugará frente al Castilla. Pero esa serenidad no puede bajar la exigencia de la formación blanquilla. Que debe volver a aspirar a la victoria ante el colista.

El duelo ante el filial del Real Madrid debe servir como definitivo punto de inflexión de la trayectoria de los de Paco Herrera. Se enfrentan a un rival lleno de dudas, que aún no ha sumado un solo punto en lo que va de Liga y tan solo ha logrado un gol. El Real Zaragoza no puede permitirse dar aire a la escuadra blanca y la victoria resulta la única opción que debe valorar la plantilla zaragocista.

El técnico ha comenzado a dar con la tecla para sacar partido a su formación. El duelo con el Tenerife fue distinto. El propio entrenador ya anunció que las cosas habían comenzado a cambiar en la Copa, en Vitoria, a pesar de la derrota. Y la segunda parte del duelo con los insulares, con las entradas de Víctor Rodríguez y Movilla, además de un Montañés enchufado y un dinámico Henríquez, supuso una completa mutación del equipo.

El sábado, el equipo aragonés debe salir con ese mismo espíritu y tratar de sumar los tres puntos que contribuyan a cambiar la dinámica de la escuadra en Segunda. A continuación se cita con el Recreativo en La Romareda y el Mallorca en Son Moix. De momento, la cita es frente al filial del Real Madrid.