Real Zaragoza

Vuelve la emoción

El Real Zaragoza consiguió ganar este sábado en la Romareda después de 132 días, devolviendo a la afición algunas emociones ya olvidadas.

Victoria del Real Zaragoza
La Romareda vuelve a emocionarse
A PHOTO AGENCY

El partido acababa con una situación distinta a la habitual. Al mirar el luminoso de la Romareda, los aficionados se cercioraban de que su equipo había sido capaz, al fin, de volver a la senda de la victoria. El resultado cosechado este sábado en la Romareda, ganando por 3 a 0 al Tenerife, detuvo las alarmas que tras cinco partidos de desidia habían comenzado a sonar en el ámbito más puramente deportivo, pero, además, devolvió las energías a una afición que ya estaba empezando a encontrar pocos argumentos para acercarse al estadio de la capital aragonesa.


Hora y media antes del partido, cuando los jugadores llegaban al estadio, solo una decena de aficionados esperaban en la puerta de vestuarios su llegada. Tres horas más tarde, el número volvía a recordar, ligeramente, al de las épocas de bonanza. El equipo blanquillo se reencontró con la victoria, y con su público, 132 días después de que el último resultado positivo en partido oficial volviera a dejarse ver por la Romareda. Fue el pasado 5 de mayo, en la trigésimo cuarta jornada de primera división, y también fue por 3-0. En aquella ocasión el Real Zaragoza se impuso al Rayo Vallecano gracias a dos goles de Apoño y uno de Rodri. Después llegaría la debacle y el descenso a Segunda, pero aquel partido significó la última gota de alegría que ahora recobra la afición zaragocista.


Y es que la de este sábado fue una tarde de aplausos, de homenajes, y de satisfacciones. El saque de honor del mítico Violeta supuso un plus para que el público se acercara a la Romareda, superando ligeramente los 8.000 aficionados que se presentaron en el partido ante el Lugo. En la bancada se podía ver al aficionado habitual del estadio municipal. Expectante ante una posible reacción de su equipo, pero desconfiado de cualquier atisbo que no resultara rotundo.


El primer gol, pasado un primer tiempo que dejó unas buenas primeras sensaciones y acabó con las plegarias habituales, fue recibido con júbilo, como no podía ser de otra forma. El Zaragoza volvía a marcar después de cuatro partidos y lo hacía por medio de Víctor Rodríguez, uno de los jugadores jóvenes llamados a devolver poco a poco la ilusión a cuentagotas. “No lo está haciendo mal Rico”, comentaban los más resabiados, que veían también como el debut del lateral izquierdo no dejaba malas impresiones.


Más tarde, el partido se convertiría en una inyección de adrenalina para toda la grada. Nadie se acordaba entonces de que el Tenerife era un recién ascendido, ni de los 20 minutos en los que los canarios pusieron sobre Zaragoza la sombra de la derrota una vez más. El equipo había demostrado al fin que es capaz de dar algo más que incertidumbre, lo que hizo que, por primera vez en lo que va de temporada, la afición zaragocista saliera de la Romareda ilusionada, comentando nuevamente los goles de su equipo y citándose en el estadio para volver dentro de 15 días.