Real Zaragoza

Pretemporada de esperanza

El Real Zaragoza mostró buenas intenciones durante los amistosos veraniegos, aunque el sistema de juego todavía debe ser perfeccionado.

Imagen del encuentro entre el Real Zaragoza y el Athletic de Bilbao
El Real Zaragoza vence 4-1 al Athletic de Bilbao
EFE/MIGUEL TOÑA

Tres victorias, un empate y dos derrotas. Los números del Real Zaragoza en pretemporada no son malos, aunque no rotundos. Tampoco hace falta. A decir verdad, los resultados en los amistosos veraniego suelen ser el último dato a analizar. Salvo que se de un marcador fuera de lo normal, claro. Lo importante es aquello que se muestra sobre el verde. Lo que, en muchos casos, se puede intuir aunque no ver de manera clara.


En ese apartado, en el de los trazos, el conjunto aragonés mostró intenciones agradables para el espectador. Especialmente en el libreto de juego, que cambia radicalmente con lo visto en La Romareda durante las últimas campañas. Para bien o para mal, Paco Herrera ha llegado con una filosofía propia.Un cuaderno de estilo con el que espera poder lograr el ascenso a Primera División.


El centro del campo dispuesto en forma de rombo, Luis García reinventado como interior o la adaptación de la figura del 'falso nueve', tan de actualidad tras los éxitos de la selección española y del Fútbol Club Barcelona, son los retoques tácticos que más han llamado la atención. Una declaración de intenciones que, como no esconde el técnico, llega tras un ejercicio de adaptación a las circunstancias.


No es ningún secreto que la configuración del equipo ha resultado más que complicada. En especial, por la necesidad existente de dar salida a jugadores cuya ficha resultaba inasumible en Segunda División. Así, Herrera ha tenido que ir trabajando con lo que ha contado en cada momento. Sin poder contar con ningún delantero, más allá de los canteranos Jorge Ortí y Diego Suárez, hasta días antes del Ciudad de Zaragoza. Como premio, el primero poseerá ficha del primer equipo, y viaja convocado a Alicante, mientras que al segundo le ha asegurado, tanto en público como en privado, que contará con él.


El debe de la pretemporada se han concentrado en errores puntuales. Muestras de que el sistema implantado por Paco Herrera todavía necesita un cierto rodaje. Así, en ocasiones, la salida de balón ha sido tamponada fácilmente por el rival. Algo que pasó, por ejemplo, en Soria, donde los aragoneses perdieron por 0-1. Este test preocupó especialmente al entrenador zaragocista, por ser quizá la prueba más fidedigna a lo que los blanquillos se han de encontrar en la categoría de plata. Eso es, conjuntos duros y físicos que van a intentar entorpecer la circulación de balón aragonesa. El mismo fútbol que practica, a mayor escala, Osasuna, el otro rival que consiguió tumbar al conjunto del león rampante.


La cara, por supuesto, ese 1-4 endosado a un Athletic que, para ser justos, saltó al campo con la alineación plagada de teóricos suplentes. Además, el memorial Carlos Lapetra, que terminó los 90 minutos con empate a uno, también desprendió buenas sensaciones. Sobre todo si se tiene en cuenta que el gol visitante llegó tras un penalti dudoso y que los blanquillos lograron empatar con un soberbio gol de Jorge Ortí. Aire positivo que el Real Zaragoza espera refrendar contra el Hércules. Ahora, el resultado ya cuenta.