El Real Zaragoza sabe que para poder regresar en el más breve espacio de tiempo a la Primera División debe poner lo antes posible el rumbo adecuado a su nave y su primera oportunidad es en la capital alicantina frente al Hércules.

Todos miran al equipo aragonés como uno de los fijos para luchar por el ascenso a pesar de las numerosas cábalas que se están viendo obligados a realizar sus dirigentes para combinar con éxito una drástica reducción del presupuesto con la confección de la mejor plantilla posible.

La plantilla zaragocista asume desde el principio ese rol pero también que la empresa no se presenta nada fácil y que va a ser "complicado" porque "nadie nos va a regalar nada porque seamos favoritos".

Los hombres que dirige Paco Herrera han insistido durante la semana que una de las claves para conseguir el objetivo de volver a la elite en una sola temporada es asentarse lo antes posible en la zona alta de la clasificación y para lograrlo deben acumular un buen número de puntos en el arranque de la Liga Adelante.

Los blanquillos han ofrecido una imagen esperanzadora en el desarrollo de su juego durante la pretemporada, un periodo de preparación en la mayoría de las ocasiones casi siempre engañoso, que deben refrendar con resultados positivos en los partidos de la competición oficial.

Para el técnico catalán que ha rebajado sus exigencias a pesar de que siempre se puede mejorar pero "no exijo más", sobre todo por el escaso número de efectivos que cuenta en esa posición en la que "estamos colgados", su equipo todavía está "un poco lejos de donde queremos llegar".

Los maños confían en poder sorprender a un Hércules que durante hasta el comienzo de la semana todavía se movía en la incertidumbre de un posible descenso administrativo, ya que según Herrera se trata de un rival que ahora está "un poco en formación" pero del que no duda que "va a mejorar mucho".

Al respecto del equipo que presentará ha señalado que no tiene ninguna duda y con el cambio de Víctor Rodríguez por Barkero será el mismo que se enfrentó al Getafe en el XLIII Trofeo Ciudad de Zaragoza, aunque casi siempre suele tenerlas sobre todo porque busca la forma de hacerle al rival "el mayor daño posible".