Real Zaragoza

Valores zaragocistas

En una institución necesitada de referencias, llama la atención que el primer gesto institucional de García Pitarch haya sido la destitución de tres exfutbolistas -Solana, Aragón y Garitano- que encarnan los verdaderos valores del Real Zaragoza.

García Pitarch, con Moisés y José Ignacio
Valores zaragocistas
OLIVER DUCH

Dice con razón García Pitarch que tiene derecho a introducir los cambios que considere oportunos para mejorar la estructura del Real Zaragoza.Para eso le ha contratado Agapito Iglesias, para poner las bases del proyecto y devolver a la escuadra blanquilla al lugar al que le corresponde en Primera División.


Aunque su primer gesto resulta más que llamativo: la destitución de Santiago Aragón, Jesús Solana y Ander Garitano, tres de las figuras que el zaragocismo sabe reconocer en este Real Zaragoza irreconocible.


Desde su asombroso desembarco, al nuevo director general le falta, sin ninguna duda, la conexión con las raíces del Real Zaragoza de verdad; aterriza sin vinculación alguna, sin asideros y sin referencia de ningún tipo con la entidad blanquilla. Avalado tan sólo por su mentor, Agapito Iglesias.


De momento, mantiene a Fernando Molinos como presidente; aunque sin ninguna capacidad de maniobra, ya que ha anunciado que no tiene voluntad de estirar su permanencia como cabeza visible del proyecto. Y se esperaba por tanto que a lo largo de los días ubicara a nuevos referencias blanquillas en puestos clave de la entidad.


Por contra, la primera medida ha sido la destitución de quienes mantienen los perfiles del Real Zaragoza, precisamente en una entidad necesitada de estos principios. Y apena ver, además, que el despido llegue acompañado de una poca emotiva nota de escueto agradecimiento. Cosas de mucha empresa y poco fútbol.


Merece García Pitarch el voto de confianza de quien comienza a trabajar en una apuesta comprometida, herida y dañada desde sus cimientos. Pero precisamente por eso, hay que llamar la atención de la importancia de no desmantelar aquello que es elemento fundamental de sujeción de un Real Zaragoza herido y desnortado desde hace años.


Tiene derecho García Pitarch a construir su proyecto como considere oportuno; y tiene el zaragocismo el derecho y el deber –mucho más profundos- de defender lo que es suyo, sus valores. Ya bastante pisoteados a lo largo de los años.