Real Zaragoza

Cuestión de retos

El nuevo técnico del conjunto aragonés se marca los objetivos para estancia en el banquillo: lograr el ascenso, recuperar a la afición y... sobrevivir dos años a Agapito Iglesias.

Paco Herrera, con el presidente del Real Zaragoza, Fernando Molinos
Cuestión de retos
OLIVER DUCH

No lo disimula. Desde que se presenta asegura que lo suyo es una cita con los elevar listones: “Vengo porque me gustan los retos complicados”, desenfunda al poco de presentarse. Paco Herrera, técnico del Real Zaragoza, desliza con la voz rota un discurso coherente, sensato. Algo que no disgusta oír en la sala de prensa del Real Zaragoza. Habla de la plantilla, de la pretemporada, de la situación institucional de su nuevo club, de las semejanzas de su aventura con los éxitos deportivos en el Celta de Vigo.


Pero lo adereza todo con el envoltorio de la ambición, con las exigencias que se ha marcado para progresar, para cumplir los objetivos.


Tiene claro cuál es el primer reto, principal e irrenunciable: el ascenso a Primera División. “Sé cuál es mi obligación”, destaca. En el lenguaje del zaragocismo, no se puede conjugar otro verbo que ascender, subir, recuperar el territorio que esta última terrible temporada ha arrebatado al equipo.


Ubicarse entre la élite es la obligación global, el objetivo ineludible. Y una ambición que Paco Herrera ya ha conocido en otras ocasiones. No le da vértigo, entre otras cosas porque, como asegura es un objetivo “que no puedo esconder”, aunque no duda en calificarlo como “muy difícil”.


A su vera hay otras muescas que Paco Herrera suma a su lista de aspiraciones: recuperar a la gente que se ha ‘borrado’ tras el desencanto de una campaña terrible, dolorosa, repleta de sufrimientos y desencantos. “Es otro reto”, apunta en la lista de sus débitos.


Complicado, difícil. Porque la desolación del zaragocismo es profunda y aborda cuestiones que superan el ámbito estrictamente deportivo. Porque atañen, sobre todo, a la situación institucional. Aunque, sin duda, la capacidad de motivar, de ilusionar, parte de las sensaciones que transmita el equipo, ya desde pretemporada. Es el argumento que quiere aplicar Paco Herrera. Ilusionar antes de empezar la Liga.


Y no es menos complicado el listón de su última ambición: lograr cumplir los dos años de contrato que tiene firmados con el Real Zaragoza. Nadie lo ha conseguido con Agapito Iglesias. El accionista mayoritario ha encadenado destituciones y fracasos en su gestión de la entidad blanquilla.


Paco Herrera mira casi con inocencia y responde: “Vamos a cambiar también esta situación”. Que no es reto menor que los anteriores. Cuestión de retos y cuestión de tiempo.