Recuerdo aquel partido en el Benito Villamarín porque ahí logré mi último gol como jugador del Real Zaragoza (4 de noviembre de 2001). Además de la lluvia, del diluvio que nos cayó en Sevilla, tengo grabado que fue la primera vez que un elevado porcentaje del estadio aplaudió mi gol fuera de casa. Ellos estaban enfadados por el suceso de la fiesta de Halloween, en la que estuvieron implicados muchos jugadores del equipo. Y la afición bética, muy molesta, nos alentaba a nosotros. La pena es que aquel triunfo no nos sirvió para lograr la permanencia...

Ahora llega el Real Zaragoza al mismo Benito Villamarín en una situación que se ha complicado por la derrota ante el Athletic. Venía el equipo en una buena racha, que estaba refrendadno con el 1-0 en La Romareda. Pero la derrota hace que no dependa de sí mismo. Y ese es el principal problema de estos últimos partidos.

Creo que el calendario del Real Zaragoza es más benigno que los de Deportivo y Osasuna. El equipo tiene capacidad para ganar en Sevilla, aunque afronta un partido complicado, ante un Betis que está más en forma. Sin embargo, el conjunto aragonés no debe dejar pasar la oportunidad de cosechar un resultado positivo.

La derrota ante el Athletic puede pasar factura. Y esa es la exigencia principal de Manolo Jiménez: recuperar anímicamente a los jugadores. Creo que buena parte del problema del equipo es mental; se bloquea cuando se agobia. Y la situación de descenso crea una presión tremenda. El reto de Jiménez es tratar de aislar al equipo de esa presión.

Yo apuesto por que el Real Zaragoza recupere los valores de la primera vuelta como visitante: la exigencia defensiva, una enorme actitud y una contra letal. Con esos argumentos, estoy convencido de que el Real Zaragoza conseguirá ese imprescindible resultado postivo frente al Betis.

Xavi Aguado, exjugador del Real Zaragoza