Real Zaragoza

El guardameta se reivindica

El portero del Real Zaragoza mantuvo su portería a cero por segundo partido consecutivo e intervino en acciones de gran mérito.

Las manos de Roberto no llegan al cuero
El Valladolid vive su regreso soñado a Primera en La Romareda
EFE/ TONI GALÁN

No hubo nunca debate, aunque alguna duda si que surgió. En plena depresión zaragocista, por el mismo principio que dictamina que a perro flaco todo son pulgas, falló hasta lo que no había fallado nunca. Roberto, siempre infalible, se contagió del estado de histeria que inundaba al equipo y cometió algunos errores incomprensibles para alguien de su prestigio. Especialmente por alto. Situación alarmante que Manolo Jiménez quiso zanjar a la menor brevedad. “Va a jugar hasta final de temporada”, afirmó contundente el técnico. Declaración de confianza que ha sido respondida por el portero.


No cabe duda de que, en el actual Real Zaragoza, el cancerbero de Fuenlabrada es algo más que un simple futbolista. Carismático y con voz en el vestuario, el meta es uno de los grandes símbolos de la plantilla. La red de seguridad habitual para un conjunto penosamente acostumbrado a vivir en el alambre durante los últimos años. Por eso, sus dudas en cada balón bombeado al área fueron las dudas del zaragocismo. Del mismo modo que su seguridad es la de toda La Romareda.


Tras dos partidos consecutivos sin encajar ningún tanto, las aguas parece que vuelven a su cauce en la portería. Roberto, que presentó algún vacile ante el Rayo Vallecano, concretamente en la acción que terminó salvando en la línea de gol Apoño, volvió a ejercer de salvador en el encuentro que enfrentó a los aragoneses contra el Levante. Gracias, entre otras cosas, a sus dos prodigiosas paradas bajo palos, primero a Pedro Ríos en el primer tiempo y posteriormente a Iborra en la segunda mitad. Píldoras de las intervenciones que le han convertido en un pilar sobre el que sujetar la permanencia.


Sin duda, en equipos tan faltos de casi todo, como lo son la mayoría del pelotón que pugna por evitar el descenso, contar con un buen guardameta es un punto clave. Casi diferencial. En muchas ocasiones, el factor determinante entre conseguir puntos o no. Por ello, el que Roberto recupere su confianza resulta asunto vital de cara a las tres jornadas que restan por jugarse. Partidos, además, ante cuadros con potencial ofensivo como Athletic, Betis y Atlético, con 40, 52 y 62 goles a favor respectivamente.


Desde su llegada a la capital aragonesa, el portero ha sido una pieza clave para los aragoneses. Lo fue con Gay en su primera incursión, cuando debutó en Getafe con un recital de paradas, y lo repitió el pasado curso, erigiéndose como uno de los principales baluartes del manido 'sí, se puede'. Experiencias siempre positivas que hacían dudar sobre su capacidad de levantarse una vez que vinieran mal dadas. Más, sobre todo, después de su única mala vivencia, el año que pasó en Portugal defendiendo la camiseta del Benfica. Sin embargo, el guardameta parece haber despejado todas las incógnitas como si de un balón se tratase. Firmeza que el Real Zaragoza necesita hasta el final de temporada.