Real Zaragoza

El Levante-Zaragoza, un partido distorsionado por el ruido

La extraña situación institucional por la que atraviesa el Levante, así como los precedentes de esta temporada, desvían la atención de un choque crucial para el Real Zaragoza.

Manolo Jiménez
Manolo Jiménez saluda a Pochetino
EFE

Avanza la semana y Manolo Jiménez prepara el partido que este viernes ha de enfrentar al Real Zaragoza contra el Levante en Valencia. Se trata de un partido vital para los aragoneses, que acumulan dos triunfos consecutivos y sueñan con encadenar un tercero que ponga tierra por medio respecto a los tres puestos de descenso. Recompensa suficiente como para agotar los adjetivos calificativos intentando describir la importancia del choque para los blanquillos. 


Sin embargo, a lo largo de la -corta- preparación, el choque en sí ha resultado noticia por asuntos externos al duelo sobre el verde. Ruido que está por ver si distorsiona el transcurso del choque decantándolo hacia alguno de los dos lados.


La polémica se concentra en torno a las acusaciones de amaño de partido que se ciernen sobre el vestuario granota tras el choque que midió a los levantinistas contra el Deportivo. Una duda sembrada tras unas polémicas declaraciones de Barkero de las que, posteriormente, se ha desdicho públicamente. Fruto de esta sombra, la Liga de Fútbol Profesional ha decidido poner el caso en manos de la Fiscalía Anticorrupción.


En su acusación, el centrocampista hablaba explícitamente de cuatro jugadores: Munúa, Juanfran, Ballesteros y Juanlu. Aunque posteriormente se ha disculpado. Todos menos el lateral ex zaragocista han desaparecido de las alineaciones de Juan Ignacio Martínez después de haber sido claves en el trascurrir de la que estaba siendo una de las mejores temporadas de los valencianos, con participación en Liga Europa incluida.


Por si fuera poco, en medio de todo el barullo, el Levante decidió tasar sus entradas para el partido en 50 euros la más barata. Un despropósito sobre todo si se tiene en cuenta que durante las últimas jornadas los aficionados visitantes habían pagado 15 euros por acceder al Ciudad de Valencia. Debido al alto precio impuesto, la Federación de Peñas, que pretendía organizar un gran desplazamiento zaragocista, tuvo que suspender el viaje programado.

Precedentes esta temporada

Todo ello ha ayudado a enturbiar un ambiente que, debido a los precedentes vividos en la presente temporada, ya se preveía tenso entre ambos conjuntos. Este curso Real Zaragoza y Levante se han medido en tres ocasiones. Tres partidos, dos correspondientes a la Copa del Rey y uno de Liga, que por caprichos de calendario se disputaron de manera muy seguida. Tanto que generaron algunos roces propios de la tensión competitiva.


Clima que estalló en el encuentro correspondiente al campeonato de la regularidad. Aquel choque, jugado en La Romareda, estuvo marcado por la dureza empleada por los granotas y, sobre todo, la permisividad del árbitro, Iglesias Villanueva. La imagen que trascendió del choque fue un duro codazo de David Navarro a Sapunaru. Acción antideportiva que no fue castigada, ocurriendo además en el área de Munúa. Finalmente, los aragoneses perdieron el choque por 0-1, quedando todavía un último asalto a disputar en el estadio municipal.


Tras el último encuentro, correspondiente a la vuelta de la eliminatoria copera, Juan Ignacio Martínez se quejó del trato del público de La Romareda respecto a sus jugadores. Omitiendo, eso sí, el comportamiento de algunos de sus pupilos, que había sido recogido previamente por las cámaras del programa 'El día después'. En el reportaje emitido por Canal + se podía ver a Ballesteros insultar repetidas veces a Postiga. Asunto que el portugués siempre ha querido esquivar, argumentando que se trata de cosas que suceden en el campo y allí deben quedar.


Por todos estos condicionantes, no cabe duda de que el partido se ha de disputar en río revuelto. Microclima favorable para los pescadores. Claro que el refrán no indica de qué color es la caña que captura el pez.