De nuevo el Real Zaragoza

Temblaba el zaragocismo, con razón, tras ese terrible mes de enero que dejó la dolorosa estela de la eliminación copera y la conquista de un único punto en los cuatro primeros partidos de Liga del año. El cuadro de Manolo Jiménez había entrado en un bache comprometido de resultados, tras haber perdido la huella –en apariencia- de esa esperanzadora primera vuelta. El tono de los últimos partidos, además, parecía haber sacado al equipo aragonés del carril del espíritu del que lo había impregnado Manolo Jiménez.


Ha bastado un encuentro, sin embargo, para ver de golpe la reaparición de ese Zaragoza que merece la confianza de sus seguidores. En La Rosaleda, ante un Málaga de ‘Champions’, el equipo de Manolo Jiménez hizo méritos para llevarse un triunfo en el que creyó y no llegó (1-1) y, sobre todo, puso de relieve que guarda muy sólidos argumentos para tutear a cualquiera.


Volvió a ser ese equipo ambicioso, entusiasta y luchador, con argumentos y clase futbolística, irrespetuoso ante una escuadra teóricamente superior y convencido de poder llevarse una victoria de la que sólo le privó la mala suerte.


Esa tónica debe refrendarse este domingo, en La Romareda, ante una Real Sociedad crecida en lo futbolístico, pero a la que atosigan las cuestiones extradeportivas. La ha costado centrarse al equipo guipuzcoano en el partido. Los asuntos de dopaje y las presuntas primas han acaparado la actualidad y el interés en el entorno realista. Habrá que ver de qué forma pasa factura. Porque los papeles de la Real van a sobrevolar esta tarde La Romareda.


Pero lo que menos debe preocupar a este Real Zaragoza es su rival. Mirarse a sí mismo, recuperar sus valores –de los que dio muestra en Málaga- y desarrollar el juego que le ha hecho ser respetado en la primera parte de la Liga son los argumentos sobre los que debe construirse la victoria.


El partido –ya lo ha dicho Manolo Jiménez- es fundamental para el equipo aragonés, uno de esas encuentros que señalan hacia dónde se dirige un equipo en lo que resta de temporada. Y ganar –que es el verbo que exige este duelo- conduce hacia los puestos donde tiene que estar este Real Zaragoza.