Opinión

Cosas de Copa

Sobran argumentos para que ilusione la Copa. El principal, ver recuperar al Real Zaragoza un terreno perdido en los últimos años. Los cuartos de final han ubicado al conjunto blanquillo en una pequeña élite de la que forman parte escuadras como el Barcelona, el Madrid, el Atlético, el Valencia o el rival de esta tarde, el Sevilla. El torneo del K.O. ha devuelto al equipo aragonés a un territorio por el que hace años transitaba con solvencia, pero que había abandonado durante los oscuros años de gestión de Agapito Iglesias.


La escuadra de Manolo Jiménez disfruta ya del primer reto conseguido, pero no debe renunciar a plantear nuevos objetivos en esta competición. Llega al Sánchez Pizjuán con la eliminatoria igualada en los números, pero con la ventaja de haber mantenido la puerta a cero en el estadio de La Romareda.


No cabe duda que el Sevilla de Unai Emery afronta la cita copera con el aval que le garantiza el respaldo de su público. Pero en términos deportivos, no tiene menos valor –tal vez más- la posibilidad de resolver la cita a domicilio, por el peso que adquieren los goles logrados a domicilio.


Con el respeto que merece el rival, el Real Zaragoza se encuentra a un paso de meterse en las semifinales de la Copa del Rey, un reto que ya había planteado Manolo Jiménez y que cautiva al zaragocismo. No es tarea fácil, todo el mundo lo entiende, más aún a estas alturas de competición; pero el equipo aragonés posee sólidos argumentos para pelear por un reto deportivo que resultaría impensable apenas unos meses atrás.


Y la legítima ambición copera no puede ser argumento para flaquear en la Liga. Es verdad que los refuerzos resultan ya imprescindibles, pero la motivación es también un plus deportivo para cualquier futbolista. Y el éxito deportivo es también un respaldo para las citas inmediatas.


Hoy, la exigencia es la Copa. El siguiente reto, que a nadie le quepa duda, es doblegar al Espanyol en La Romareda. Obligaciones compartidas.