El día que Pulido se bebió una botella lanzada desde la grada y las mejores anécdotas del derbi aragonés

Los encuentros entre la SD Huesca y el Real Zaragoza han estado marcados por un sinfín de momentos curiosos e inesperados a lo largo de su historia.

Fútbol. Segunda División. Partido Real Zaragoza - SD Huesca (0-2) disputado en La Romareda. Derbi aragonés. ** Autor: DUCH, OLIVER Fecha: 18/11/2023 Propietario: Heraldo de Aragón Id: 2023-3505500 [[[HA ARCHIVO]]]
Jorge Pulido, en el suelo, trata de recuperar un balón frente a Iván Azón.
Oliver Duch

Fechas inverosímiles, arbitrajes polémicos, debuts, despedidas anunciadas, exitosas recaudaciones en taquilla, rajadas de entrenadores y presidentes, terrenos de juego impracticables... El enfrentamiento Huesca-Real Zaragoza ha generado infinidad de anécdotas que merece la pena recordar.

El derbi que se jugó en Nochevieja

El primer derbi aragonés oficial, cuando el Huesca todavía no era SD Huesca y peculiar de por sí por disputarse en la Nochevieja de 1950, ya contuvo un episodio curioso. A pesar de que el Real Zaragoza dominó claramente el marcador (3-0 al final), la tensión del juego propició una tremenda discusión entre el linier y el zaragocista Gonzalvo, que llegó a ser zarandeado.

Si el asistente del señor Couso (árbitro del encuentro) hubiera guardado las formas, que se pueden guardar, nada hubiera ocurrido. Gonzalvo no perdió un solo punto de su corrección cuando discutía con qué balón hacer un saque de banda, pero el del banderín se puso como se puso”, contaba la crónica de HERALDO entonces, culpando por completo al juez de línea.

Los estrechos reglamentos de la FIFA no se quebrantaban por jugar con una pelota con la que ya se había jugado antes. Si es reglamentaria, cumple. Pero el linier puso empeño en que no se utilizara esa pelota, como si fuera la bomba atómica”, proseguía el relato, tratando de aclarar el origen de lo ocurrido.

Los aficionados más forofos de Torrero despidieron al linier con insultos. Y esos mismos hinchas fueron, muy probablemente, los únicos que se desplazaron al estadio de San Jorge en la segunda vuelta. El interés del encuentro era mínimo porque el Zaragoza ya estaba clasificado para la liguilla de ascenso a División de Honor, pero aún así sorprendió la escasa presencia de seguidores blanquillos en las gradas. Más aún, teniendo en cuenta que, semanas antes del derbi, habían acudido en masa a apoyar a sus vecinos contra el Girona.

Páginas sobre el derbi aragonés jugado en Nochevieja.
Páginas sobre el derbi aragonés jugado en Nochevieja.
Heraldo

El trago de Pulido a una botella desde la grada

Una de las anécdotas más recientes llegó en el último derbi entre el Real Zaragoza y el Huesca, el protagonizado el pasado 18 de noviembre de 2023. Aquel día, en un ambiente de máxima crispación en La Romareda, un aficionado lanzó una botella al terreno de juego desde la grada.

Muy próximo a ella estaba Jorge Pulido, capitán de la SD Huesca, que este miércoles ha deseado que la afición oscense "respete" al Real Zaragoza este próximo sábado. El central, que fue abucheado y silbado durante todo el encuentro, no dudó en recoger la botella y, mirando al tendido, echar un trago.

Ese gesto todavía enfadó más a la afición del conjunto zaragozano, que no dejó de abroncar al futbolista en los 90 minutos.

El enfado de Boskov

El siguiente Real Zaragoza-Huesca, encuadrado en la Copa del Rey, se disputó el 25 de octubre de 1978. El choque se saldó con empate (1-1) y el juego de los locales fue muy pobre. Hasta el punto de que el entrenador, Vudajin Boskov, se erigió como protagonista por la franqueza con que valoró el mal trabajo de los suyos.

Nuestro fútbol ha sido pésimo y desorganizado”, resumió el serbio, y lamentó la diferencia que existía entre titulares y suplentes: “Juanjo no es Mendieta; Heredia no es Lasa; faltaba Víctor y tampoco estaba Arrúa. Además, a Lafita lo han encumbrado con elogios y no ha hecho nada. Hoy ha sido un cero". Para terminar, Boskov adelantó que era "imposible" que el Zaragoza perdiera la eliminatoria. Y no se equivocó.

Un gol de penalti de Antic dio el pase a los blanquillos en la vuelta, marcada por el gran ambiente que se vivió en las gradas. Según recogía la crónica firmada por Jaime Ferrer, El Alcoraz registró el mayor lleno de su historia y en taquilla se recaudaron casi dos millones y medio de las antiguas pesetas. “Durante el descanso, en la sala donde la directiva oscense agasajaba a los directivos y al personal del mundillo futbolístico que se da cita en esta clase de partidos, algunos directivos informaron de que la recaudación iba a acercarse a los cuatro millones, pero la cifra resultó bastante menor a la prevista”, añadía Ferrer, quien también se encargó de cubrir desde la capital altoaragonesa el siguiente derbi, correspondiente a la primera ronda eliminatoria de la Copa del Rey de 1985.

Curiosamente, el calor de la grada de El Alcoraz decreció en aquel encuentro. Detalle que no pasó desapercibido en el seno del club local. José María Mur, presidente de la gestora que regía los destinos del Huesca, se mostró “muy dolido” por la falta de apoyo. “Tal vez no se valore nuestro esfuerzo. Hoy era ocasión para hacer dos millones de pesetas y apenas hemos superado el millón en taquilla”, valoró Mur, tras una cita que se saldó con empate (2-2) y dejó todo abierto para la vuelta, disputada un 25 de septiembre de 1985 en La Romareda.

Dieciocho mil personas asistieron al encuentro, saldado con un contundente 3-0. El uruguayo Rubén Sosa se estrenó en competición oficial con un doblete, alzándose como gran héroe de la noche que abrió el camino hacia la conquista de la tercera Copa del Rey de la historia zaragocista. Precisamente, Sosa fue al autor del gol que sirvió para derrotar al Barça en la final que, meses más tarde, se jugó en el Vicente Calderón.

La lluvia, protagonista

Otro derbi famoso fue el jugado en febrero de 2017). El césped de El Alcoraz amaneció encharcado el día del partido, pero, 45 minutos antes del arranque del mismo, se decidió que saliera adelante.

El árbitro (González Fuertes) y los delegados de ambos equipos (Luismi Lasaosa y Alberto Belsué) se encargaron de dar el visto bueno a un escenario proclive a la épica. Agua, charcos, barro… El choque se disputó envuelto en unas circunstancias adversas que, sorprendentemente, favorecieron al Zaragoza. Fútbol hubo bien poco, pero el grupo que dirigía Raúl Agné, cuando menos se esperaba, mostró una versión repleta de carácter hasta imponerse por 2-3.

El Huesca, pese a haber padecido con anterioridad el problema crónico del drenaje de su estadio, se adaptó peor a la situación. Y aquel duelo regional fue el último careo sobre la piscina. En verano, la directiva azulgrana invirtió en mejorar El Alcoraz y, entre otras cosas, se cambió el césped. 

Gol precedido de una mano

Pero los Huesca-Zaragoza también han dejado goles que hoy, VAR mediante, muy probablemente no subirían al marcador. Es el caso del anotado por Dongou en El Alcoraz en 2016. Aquel encuentro, que terminó con empate a uno gracias al golazo inicial de Samu Saiz, lo igualó el Real Zaragoza con una polémica acción.

La jugada arrancó en la frontal del área visitante, con una volea de Juanjo Camacho que impactó clara y, seguramente, involuntariamente en la mano del visitante Diamanka, que giraba en el aire. Todo el mundo la vio, incluido el colegiado, el tinerfeño Trujillo Suárez, que interpretó que no existía voluntariedad del futbolista del Real Zaragoza.

La decisión del árbitro permitió al cuadro visitante trenzar una rápida contra que terminó con el balón dentro de la portería oscense, después de que Dongou finalizara con templanza frente a Leo Franco. Ese tanto, de producirse este próximo domingo, obligaría a la intervención del VAR y, muy probablemente, quedaría anulado.

Tantos sobre la bocina

Otra de las características que han marcado últimamente los derbis aragoneses son los goles en los últimos minutos. El primero de todos lo firmó Ewerthon en 2008. El brasileño, que formó junto a Diego Milito la última gran pareja de delanteros del Real Zaragoza, igualó en el minuto 85 un partido que el Huesca dominaba 0-2 a solo media hora del final. Suyo fue también el primer gol zaragozano que había permitido recortar distancias pocos minutos antes.

En 2015, con La Romareda celebrando un emocionante partido que ganaba el Zaragoza 2-3, el defensa Carlos David aprovechó un flagrante error de la zaga local y, completamente libre de marca, consiguió empatar el encuentro en el minuto 93, para delirio de la numerosa afición visitante.

Solo un año más tarde, también en el coliseo zaragozano, el Real Zaragoza se tomó la revancha, también en las botas de un defensa. Era la tercera jornada de campeonato y, con La Romareda en manga corta, Jorge Casado se coronó como el gran héroe de la noche. A solo dos minutos del final, el defensa aprovechó una esperpéntica concatenación de errores en el área del Huesca, que le situó frente al balón en una situación poco frecuente para él. El madrileño no dudó y fusiló la portería oscense, llevando el júbilo a la grada en el minuto 88.

En el citado partido de la lluvia, en 2017, Alexander anotó un intrascendente gol en el minuto 93 que no evitó la derrota oscense (2-3). Ese mismo año, pero una temporada más tarde, Cucho marcó en el 85 en un encuentro que venció el Huesca con claridad 3-1.

Pero si hay un gol que ha marcado los últimos derbis es el que anotó Javi Galán en 2020, con La Romareda completamente vacía por la pandemia. En el minuto 95 consiguió un tanto decisivo, no solo para el triunfo altoaragonés (0-1), sino para el posterior ascenso de su equipo a Primera División.

Estadio fantasma

Acción previa a la posible falta de Pulido sobre Puado en el derbi de 2020, a puerta vacía, en La Romareda.
Acción previa a la posible falta de Pulido sobre Puado en el derbi de 2020, a puerta vacía, en La Romareda.
Guillermo Mestre

En ese encuentro, de infausto recuerdo para la afición zaragocista, se vivió un hecho inédito y para la historia: un derbi aragonés disputado a puerta vacía. Se celebró el 29 de junio de 2020, con la crisis sanitaria del coronavirus en sus primeros meses de vida.

La pandemia obligó a que la liga, detenida en marzo tras la explosión del virus, se reactivara sin público en los estadios. Una condición que penalizó exponencialmente al Zaragoza de Víctor Fernández, que pasó de ocupar zona de ascenso directo a caer en la primera eliminatoria del posterior ‘play off’ frente al Elche.

Ese histórico encuentro de la pandemia generó también una de las polémicas más importantes de los últimos derbis. El mencionado gol de Javi Galán llegó tras una posible falta de Pulido sobre Javi Puado, que cayó al suelo cuando se dirigía en solitario a la portería oscense. La decisión del colegiado, que no apreció zancadilla en la jugada del defensor del Huesca, permitió seguir la jugada y llevar rápidamente el balón al otro área, que terminó en el interior de la portería de Cristian Álvarez en el minuto 95.

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