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Aimar y Ayala: los guardianes exzaragocistas de Scaloni

Pablo Aimar y Roberto Fabián Ayala, fichajes estrella del ‘agapitismo’ en el Real Zaragoza, sueñan con la Copa del Mundo como ayudantes del seleccionar argentino.

Mundial de Fútbol 2022: Argentina - Croacia
Aimar, sentado en el banquillo, y Ayala, de pie dando instrucciones, acompañan a Scaloni en el Argentina-Croacia de semifinales. 
Juan Ignacio Roncoroni/EFE

"Tenemos un cuerpo técnico que vive para la Selección, que sufre como ellos, como la hinchada, como los jugadores…" Son las descriptivas palabras que Lionel Scaloni, el sensato y reposado entrenador que ha calmado las presiones históricas de una selección como Argentina y la ha puesto en la final de la Copa del Mundo de Catar 2022, le destinó a sus ayudantes más cercanos tras la victoria contra Croacia. Un cuadro de asistentes en el que destacan Pablo Aimar y Roberto Fabián Ayala, quizá los dos futbolistas que sintetizan el periodo histórico del Real Zaragoza conocido como ‘agapitismo’, aquellos años de subida hacia el todo y caída hacia la nada de la mano del empresario Agapito Iglesias.

Pablo Aimar fue la gran bandera de aquel proyecto. Bendecido por Víctor Fernández -el otro estandarte con el que se presentó Agapito al zaragocismo y siempre seducido por los aromas argentinos-, el excelente mediapunta fue la operación de mercado más deslumbrante de esa época, un fichaje impensable en la escala de posibilidades del Real Zaragoza, que pagó al Valencia 11 millones de euros por él en verano de 2016 y que lo presentó en una gala de alto copete en La Romareda como su nueva estrella.

Aimar acompaña a Messi y Scaloni en un entrenamiento
Aimar y Ayala, con Samuel enmedio, en el banquillo de Argentina. 
Reuters

Aimar era un sueño que no terminó de cumplirse durante las dos temporadas que jugó en el Zaragoza, con 57 partidos, 5 goles y 12 asistencias. Dejó noches de magia, como en el empate a dos contra el Real Madrid en la antesala de la clasificación para la Copa de la UEFA, también mañanas de enfermería ante su frágil pubis, y aquella sonora pelea a puñetazos con Andrés D’Alessandro que advirtió -y explica casi todo- del destino aciago que le esperaba al Zaragoza con su descenso a Segunda División pese a contar con la plantilla más faraónica de su historia.

En aquel grupo que colapsó por todos los frentes, estaba también el Ratón Ayala, Roberto Fabián. El veterano defensor -tenía 34 años- llegó al Zaragoza en verano de 2017 después de desembolsar su cláusula de rescisión de 6 millones de euros. El club aragonés había vendido al Barcelona a Gabi Milito y pensó en el viejo gladiador argentino -su compañero en la zaga albiceleste- como recambio. Un golpe de efecto genuinamente ‘agapitista’ promovido por el representante, por entonces, de Ayala, el empresario Gustavo Mascardi, quien también era el agente de Aimar. Ayala había terminado contrato en junio con el Valencia, donde era un símbolo venerado, y firmó con el Villarreal con la carta de libertad. Pero nunca jugaría en el equipo castellonense: el Zaragoza pagó, le firmó un sueldo de lujo y lo instaló en la plantilla de Víctor Fernández. 

Aimar acompaña a Messi y Scaloni en un entrenamiento
Aimar acompaña a Messi y Scaloni en un entrenamiento
Juan Ignacio Roncoroni/EFE

Ayala estaría dos temporadas y media, en las que destacó por una actitud profesional intachable y un amplio sentido del compromiso. Se quedó en Segunda y ascendió con Marcelino García Toral, y en el mercado de enero de 2010 se fue a Racing de Avellaneda. Jugó 81 partidos con el Real Zaragoza y anotó cinco goles.

Ahora, Aimar, de 43 años, y Ayala, de 49, compañeros en Valencia, Zaragoza y la selección, son dos de los guardianes de Scaloni en un cuerpo técnico que también integra Walter Samuel, excentral del Real Madrid, Inter o Roma: ‘el Muro’. Aimar es ayudante de Scaloni desde que se hizo cargo de Argentina. Primero, con un cargo interino, confirmado a final de 2019. Scaloni llevaba un tiempo en la estructura de la AFA, había sido ayudante de Sampaoli y dirigía a la selección sub 20. Antes del torneo juvenil de L’Alcudia de 2018, llamó a Aimar como asistente. Compatibiliza ese cargo con el de seleccionador sub 17. Dentro del ‘staff’ de Scaloni, es el técnico con más ascendencia, el más cercano a los futbolistas, una especie de confidente y gestor de individualidades. Por su parte, Ayala se sumó más tarde, según ha revelado alguna vez, por consejo de Aimar. Tras colgar las botas, había sido secretario técnico de Racing de Avellaneda y del Valencia, también tuvo un paso efímero como director deportivo de la AFA. Juega un papel esencia en el entrenamiento de la táctica defensiva y asiste esencialmente a los futbolistas de la retaguardia.

Junto a Samuel, Aimar y Ayala buscan ganar ahora el Mundia que no pudieron como futbolistas, sobre todo, la edición de 2002 en Cora y Japón, cuando la Argentina de Marcelo Bielsa era la favorita principal y se fue a casa a en la fase de grupos. Como futbolistas icónicos de una etapa del fútbol argentino, a Ayala y Aimar se les observa con una respetada jerarquía, imponen dentro del vestuario que lidera Leo Messi: él fue compañero de ambos, e incluso siempre ha reconocido a Aimar como su inspiración de la adolescencia, Aimar es el ídolo del ídolo. Entre todos, buscarán el domingo que Messi se sienta en paz con Argentina y con la historia del fútbol.

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