Los enredos de Luis Rubiales

Desde su llegada a la presidencia de la FEF ha protagonizado numerosas polémicas, pero sigue aferrado al cargo.

Luis Rubiales, presidente -interino mientras se celebran elecciones- de la Real Federación Española de Fútbol.
Luis Rubiales, presidente -interino mientras se celebran elecciones- de la Real Federación Española de Fútbol.
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Luis Rubiales se siente perseguido y víctima de una campaña de descrédito y manipulación. Sin embargo, desde su llegada a la presidencia de la Federación Española de Fútbol (FEF), en mayo de 2018, el dirigente canario ha protagonizado numerosas polémicas que no dejan de manchar su imagen pública, diversos escándalos que están pendientes de resolución en los tribunales, mientras él se aferra al cargo. La gestión de Rubiales está salpicada de presuntas irregularidades, pero por el momento está protegido, ya que ninguna de las denuncias contra él ha llegado al Tribunal Administrativo del Deporte (TAD), el único que podría abrirle un expediente disciplinario que pudiera derivar en una sanción y apartarle del sillón que debió abandonar Ángel Villar.

A poco más de un mes del inicio del Mundial de Catar, donde el rendimiento de España también condicionará a Rubiales, el presidente de la FEF ya ha ganado, con su respaldo a Jorge Vilda, la guerra contra las 15 jugadoras rebeldes que han provocado una revolución en la selección femenina. Sin sus principales estrellas, empató con Suecia y ganó por primera vez en la historia a Estados Unidos. Sin embargo, al máximo dirigente del fútbol español le quedan todavía muchas otras batallas por librar, tras haber sido descubierto en conversaciones comprometedoras. Las más sonadas, las que mantuvo con Gerard Piqué para llevar la Supercopa de España a Arabia Saudí, para llegar a un acuerdo con Kosmos y pagar una comisión de 24 millones de euros a la empresa del futbolista del Barça. El comportamiento de Rubiales en este caso que incendió hace seis meses el fútbol español y dejó en evidencia a su alto dirigente no sería ilegal al haber contado con el apoyo de la asamblea federativa, aunque sí carente de ética por un posible conflicto de competencias.

El último lío en el que se ha visto involucrado el dirigente nacido en Las Palmas pero criado en Motril (Granada), también durante una conversación privada, en este caso con su padre a través de WhatsApp, afecta a cuatro clubes, el "patético" -en sus propias palabras- Atlético, el Valencia, el Sevilla y el Villarreal. Estos últimos son los tres equipos que, según reconoce él mismo, peor le caen a Rubiales y que le han exigido disculpas públicas por su "graves desprecios" a dichas entidades y sus aficionados. Otro enredo más provocado por un presidente y jefe de los árbitros puesto a los pies de los caballos ante la opinión pública y las autoridades deportivas, después de que su móvil fuese hackeado por quien considera que es la misma persona "que está filtrando de manera fraudulenta y delictivamente" la documentación desvelada desde hace medio año por 'El Confidencial'.

La 'juerga de Salobreña'

Enfrentado sin tregua al presidente de LaLiga, Javier Tebas, y también al presidente de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), David Aganzo, a quien presuntamente espió contratando los servicios de una agencia de detectives, Rubiales también está siendo investigado por un juzgado de Majadahonda y por la Fiscalía Anticorrupción por la llamada 'juerga de Salobreña' en un chalet de esta localidad granadina en agosto de 2020.

A Rubiales y su círculo de directivos de confianza se les ha acusado de utilizar tarjetas bancarias corporativas de la FEF para pagar gastos relacionados con una presunta fiesta "con un grupo de ocho o diez chicas jóvenes". En este caso, se tendrá que determinar si el uso de dinero de la FEF pudo constituir un delito de administración desleal o de apropiación indebida, entre otros que se apuntan contra Rubiales. La FEF ha desmentido también la presunta "orgía" y argumenta que solo fue una reunión de trabajo de Rubiales con sus colaboradores.

Fue, sin embargo, la filtración de unos audios de 'Rubi' con Piqué la que prendió la mecha de los continuos líos protagonizados por el expresidente del sindicato de jugadores desde que ocupa el sillón presidencial de la FEF. Durante una conferencia de prensa para defenderse e insistir en que el acuerdo con el azulgrana por la Supercopa era el más beneficioso para el fútbol español, Rubiales llegó a decir que temía que algún día alguien le metiese "un saco de cocaína en el maletero".

Para evitar suspicacias sobre su supuesto interés personal en que el Real Madrid y el Barcelona disputasen la final de la Supercopa, Rubiales decidió entonces eliminar las variables de su sueldo, que estaba entonces vinculado al éxito de los dos grandes clubes de la Liga.

Durante el momento más delicado que ha tenido que afrontar hasta ahora Rubiales en sus tres años y medio de mandato también se desvelaron unos audios con Sergio Ramos en los que el entonces capitán del Real Madrid se quejaba del VAR, como también hizo Piqué, y le pedía ayuda para ganar el Balón de Oro, al igual que el catalán se la solicitó para disputar los Juegos Olímpicos. Asuntos estos baladíes para Rubiales, tan acostumbrado a enredos de mucha mayor trasdencencia. 

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