Rubén, el otro Zapater

Al sorprendente Épila, el único equipo de Tercera que cuenta sus partidos por victorias, junto al Almudévar, lo entrena Rubén Zapater, hermano de Alberto Zapater. 

Rubén Zapater, entrenador del Épila
Rubén Zapater, entrenador del Épila
Oliver Duch

El baile acaba de abrirse, pero el Almudévar y el Épila ya han danzado más que nadie en la Tercera División. Son los únicos clubes que han ganado los cuatro encuentros disputados. Al conjunto de Valdejalón lo dirige un apellido que desprende fútbol por los cuatro costados: Zapater. Es Rubén, el otro Zapater, el hermano del gran Alberto Zapater. El mismo protagonista se presentó. "Me llamo Rubén Zapater. Nací en 1983. O sea, tengo dos años más que Alberto. Trabajo como comercial de venta de naves porcinas, y entreno al Épila de Tercera División", resumió sintéticamente Rubén, con esa sinceridad abrumadora que destilan los Zapater.

Rubén habla sin ambages. Y lo hace con escasas pausas. Su agenda diaria es muy apretada. "Vivo en Ejea con mi mujer, pero hago muchos kilómetros. Igual estoy en León que en Burgos, en Soria o en Castellón. Como le he indicado, mi trabajo es la venta de naves porcinas. Otra cosa es el fútbol, que me apasiona. Este año me llamó Raúl Giménez, presidente del Épila, y pienso que hemos hecho un equipo muy apañado. Veo a la gente muy involucrada, y eso es esencial, eso es lo primero en el fútbol. Las cosas nos están saliendo bien, pero esto es muy largo. La temporada acaba de comenzar", explicó.

El Épila no es diferente a la mayoría del clubes de la regional. Lo integran currantes y estudiantes. "Los jugadores van desde los 19 a los 37 años. Pienso que hemos reunido un buen grupo, con bastante calidad y mucha implicación", enfatizó. La victoria cosechado el domingo en el campo del Huesca B ha puesto en el escaparate al club de La Huerta. "Hicimos un buen partido en Huesca. Para ganarle al Huesca, no puedes cometer ni un error. Eso es lo que hicimos, y por eso ganamos. El triunfo significa que estamos ahí y que vamos a estar ahí. La gente está eufórica en Épila", continuó.

Rubén Zapater realizó después una auditoria de la Tercera División aragonesa. "No es sencillo sumar en la Tercera. Todos los equipos entrenan bien, todos compiten a tope. Nosotros hemos estado acertados en estas primeras jornadas, por eso estamos ahí. Pero queda mucha liga y hay muy buenos equipos en Aragón. Nuestro último rival, el Huesca B, estará arriba. El Binéfar también se pondrá a tono. El Illueca lleva muchos años compitiendo bien. El Cuarte es un buen equipo. El Caspe nos exigió muchísimo. El próximo rival, el Robres, es competitivo. Y por supuesto, el Ejea", enumeró.

El técnico tampoco disimuló las motivaciones que le mueven. "Crecí con Alberto, nos inculcaron los mismos valores. Él bajó a Zaragoza, mejoró muchísimo y ahí está. Yo seguí jugando en el Ejea, y después en el Tauste y en el Mallén con Chole (José Antonio Cuadal). Me saqué los títulos de entrenador después y comencé a entrenar equipos", repasó.

Y lo primero que dirigió fue a los zagales de Ejea. "Empecé con los juveniles. Después, fui segundo de Armando Monge, Javi Garcés y Tomás Guerrero, hasta que dirigí al primer equipo. Fueron unos años duros: mi padre estaba enfermo y Alberto se encontraba en Moscú", rebobinó. Regresó a los banquillos en el Gallur. "Y del Gallur pasé al Cortes, me casé y estuve un año quieto, paro volver al Utebo. Y ahora, al Épila. Estoy allí porque me gusta muchísimo el fútbol. Lo vivo. Reconozco que el sábado no duermo, que tengo que ir al servicio dos veces... Me apasiona el fútbol. Hemos hecho un buen grupo en el Épila. Podemos hacer una gran temporada", concluyó Rubén, el otro Zapater.

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