fútbol

Manolo 'el del bombo' de vuelta a Huesca, "mi casa"

El popular hincha de la selección, con pasado en la capital oscense, no se perderá el duelo del martes en El Alcoraz entre España sub-21 y Noruega.

Manolo el del bombo vuelve a Huesca para animar a la selección española sub-21.
Manolo el del bombo vuelve a Huesca para animar a la selección española sub-21.
Javier Navarro

Manolo Cáceres Artesero, el popular Manolo ‘el del bombo’, está de vuelta en Huesca, la que considera que es su casa. Nacido hace 73 años en San Carlos del Valle, localidad de la provincia de Ciudad Real cuyo pabellón polideportivo lleva su nombre, se crio en la capital oscense, donde regentó varios negocios, donde nacieron sus cuatro hijos, donde aún conserva familia. “Vengo cada tres o cuatro años”, confiesa a las puertas del Hotel Abba, tras recibir este lunes a la selección española sub-21, a la que animará mañana en el duelo amistoso que la mide a Noruega a partir de las 18.30. “Podría haber ido a estar con la absoluta en Portugal, pero jugando la sub-21 aquí no podía fallar”, afirma haciendo también referencia al importante cruce de la Liga de Naciones que los de Luis Enrique deben afrontar con el combinado luso.

La de El Alcoraz fue la primera grada en la que empezó a escucharse el sonido de su bombo y sus jaleos. Después iría también a La Romareda y arrancaría su periplo con la selección antes de instalarse en Valencia. Ataviado, no ya solo con el instrumento de percusión, sino también con un cachirulo y una boina, ha estado presente en diez mundiales, siete campeonatos de Europa y casi 400 partidos internacionales.

El choque contra Noruega le va a resultar “muy especial”. Se va a encontrar un estadio muy cambiado al de sus orígenes e incluso al que pisó en 2003 cuando también acompañó a la Rojita en su anterior visita a Huesca. “Desde las últimas reformas solo lo he podido ver por televisión, la verdad es que lo han dejado muy bien y se siente que la gente anima”, comenta.

El duelo de la absoluta del sábado en Zaragoza con Suiza y el de mañana de la sub-21 ha servido para que regrese a Aragón, donde “lo pasa muy bien”. En La Romareda el cariño de los aficionados hacia su persona se hizo patente, “me cantaron jotas y me hicieron llorar”. La lástima fue la derrota, “pero el fútbol no deja de ser un juego en el que hay que jugar bien, que te sonría la suerte y que el otro equipo no tenga su día”. En Huesca, "que es lo máximo para mí", espera “que se vea un buen partido y que el público se lo pase bien”.

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