fútbol regional
El fútbol regional, en vilo por el efecto cascada de los descensos
El número de equipos aragoneses que pierdan la categoría en Segunda RFEF afecta al resto de divisiones. La permanencia en Tercera y Regional Preferente está más cara que nunca.
El domingo a las dos menos cuarto de la tarde, en el minuto 87 del Ebro-Terrassa, los de La Almozara estaban a solo un punto del ‘play off’ de ascenso. Hoy, después de que Mukai igualase el tanto inicial de Nahuel, están solo tres por encima del descenso. Valga este detalle para ilustrar lo disputado que está el grupo III de Segunda RFEF. Valga este detalle para presentar un apasionante final de temporada que mantendrá en vilo al fútbol regional.
Los descensos de los equipos aragoneses generarán un efecto cascada. Esto se debe al nuevo formato de conformación de las categorías, estrenado este año y que se rige por un sistema de permanencia abierto.
En Tercera RFEF, a los cuatro descensos programados habrá que sumar los derivados de la Segunda RFEF. Así, hasta nueve equipos podrían saltar a Regional Preferente al final de esta campaña.
Esta circunstancia se daría si los cinco aragoneses de Segunda RFEF que ahora mismo están en peligro -Ebro (9º), Tarazona (12º), Brea (13º), Huesca B (16º) y el colista Ejea- acabaran cayendo y tan solo ascendiera a dicha división el campeón de Tercera, que en estos momentos sería el Utebo.
El único equipo de la Comunidad que está a salvo en Segunda RFEF es el Teruel. A falta de seis partidos para que finalice la campaña regular, el equipo de Víctor Bravo marcha tercero, con 46 puntos, y está inmerso en la lucha por disputar el ‘play off’ o incluso alcanzar el liderato, algo que, teniendo en cuenta el momento en el que se encuentra el Espanyol B, se antoja complicado.
Las últimas jornadas vendrán cargadas de enfrentamientos directos entre aragoneses. Este fin de semana, se jugará un Ejea-Teruel y un Huesca B-Tararonza; en la jornada 30, un Ebro-Ejea, un Teruel-Huesca B y un Tarazona-Brea; en la 31, un Huesca B-Ebro y un Brea-Teruel; y en la 32, un Ebro-Brea.
Estos duelos dirimirán cuántos equipos de la tierra terminan cayendo a Tercera y, por consiguiente, cuántos de Tercera descienden a la Regional Preferente, en un arrastre que renovará profundamente los niveles del balompié aragonés.
Pocos, muy pocos, son los equipos que ahora mismo tienen garantizada la permanencia en Tercera. Ni siquiera el Caspe o el Épila, que en el ecuador de la competición llegaron a figurar entre los candidatos al ascenso, respiran tranquilos a falta de cuatro jornadas para el término de la liga.
Como el resto de integrantes de la categoría, fin de semana tras fin de semana miran los resultados que se dan en Segunda RFEF. Y lo mismo ocurre en los equipos que militan en la Regional Preferente, división en la que, según recoge la normativa de la Real Federación Aragonesa de Fútbol, habrá dos tipos de descenso.
Por un lado, perderán la categoría “los clasificados en los puestos 17º, 16º, 15º, 14º y 13º de cada grupo y el 12º con peor coeficiente”. Por otro, siempre y cuando se dé la circunstancia de que haya “descensos en cascada de División Nacional”, habría que “ampliar en igual número los asignados a la división”. Así, en caso de que haya arrastres, se realizarían por orden: el segundo mejor 12º, el mejor 12º, el peor 11º y así sucesivamente.
