Vada, tras su expulsión: "Me siento un traidor y pido disculpas"

La expulsión del medio argentino, arrepentido tras su agresión a Capellini, condicionó el partido en Anduva.

Valentín Vada, poco antes de agredir al italiano Capellini, que le estaba haciendo una falta.
Valentín Vada, poco antes de agredir al italiano Capellini, que le estaba haciendo una falta.
David Pérez/LOF

Fue una de las jugadas claves del encuentro: la agresión del argentino Valentín Vada al italiano Capellini, central del Mirandés, en el centro del campo, sin nada más en juego que el control de la pelota, la posesión y la continuidad de una jugada cualquiera en un momento cualquiera de un partido de la liga regular de Segunda.

Sin embargo, por alguna extraña causa, Vada reaccionó de modo indebido ante la falta -como tantas otras- que estaba cometiendo sobre él Capellini. A éste le lanzó una patada fea, burda, fuera de lugar y también fuera de reglamento. Milla Alvendiz, colegiado del encuentro, no tuvo otra opción que levantar la tarjeta roja al aire, para situarla en lo alto y en la frontal del propio Vada. Mirar hacia otro lado resultaba materialmente imposible.

Solo quedaba para el Real Zaragoza aceptar las consecuencias inmediatas, como las que vengan después. Se marchó Vada a los vestuarios y el equipo aragonés quedó en inferioridad numérica. Seguramente allí perdió más elementos: respuesta, capacidad de reacción, fe, confianza, energía, la voluntad de luchar contra el rival y la adversidad que suponía ir ya por debajo del marcador.

Con la autoexpulsión de Vadase rompieron el partido, el equilibrio numérico y la supuesta igualdad de fuerzas. El encuentro lo desequilibró el delantero argentino del Real Zaragoza de un lado, si es que el litigio deportivo ya no había tomado un sesgo claramente favorable a los intereses del Mirandés a pesar de las múltiples circunstancias que lo habían situado en un plano complejo y que llevaron a su entrenador, Lalo Escobar, a afirmar que este encuentro se debía suspender.

"Quiero pedir disculpas públicamente a mis compañeros, al cuerpo técnico y al jugador del Mirandés por la reacción que tuve hoy en el partido. Me siento un traidor por haber dejado a mis compañeros con uno menos y haber perjudicado el partido", publicó Vada al término del encuentro en la red social Twitter, lamentando su comportamiento sobre el césped. "Fue inconscientemente y estoy muy arrepentido porque no soy una persona así. Espero que no vuelva a pasar. Lamentablemente no están siendo los mejores días", añadió el centrocampista, acerca de una acción que también fue valorada por su entrenador, Juan Ignacio Martínez, y Alberto Zapater.

El capitán zaragocista señaló a los micrófonos de Gol que Vada estaba "muy triste" al finalizar el partido en Anduva y recordó que, cuando se pierde, todos los jugadores tienen que recapacitar sobre las cosas que ha hecho mal.

"Esta expulsión no se puede permitir en fútbol profesional. Hay que tener la suficiente capacidad para no cometer esos errores. Hoy en día, ganar con 11 es muy difícil, y con 10 casi imposible. Ese comportamiento no ha sido de un jugador profesional", añadió Jim, lamentando lo mucho que la expulsión de Vada condicionó el resultado en Anduva.

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