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De Sudán a Italia: cruzar el Mediterráneo para ser futbolista profesional

Mohammed y Adam fueron rescatados en el Mediterráneo por la ONG Proactiva Open Arms el pasado 26 de marzo, cuando navegaban en un bote de madera con otras 95 personas.

Migrantes en Sudán.
Migrantes en Sudán.
Pixabay

Saeed Mohammed, de 19 años, e Islam Adam, de 20, jugaban al fútbol en la primera división de Sudán, pero la inseguridad, el hambre y la violencia en su país les empujaron a cruzar el Mediterráneo en barca para llegar a Europa, donde ahora, desde Roma, esperan cumplir su sueño de jugar en la Serie A italiana.

"El balón para nosotros lo es todo en la vida", explica Mohammed, que fue rescatado, junto a Adam y otras 95 personas, en el Mediterráneo por la ONG Proactiva Open Arms el pasado 26 de marzo, tras haber permanecido nueve meses detenido en Libia. Sólo dos meses y medio después, ya han recibido una oferta para jugar en un equipo de la Serie D.

La vida en Sudán

Los dos amigos proceden de la periferia de Jartum, la capital de Sudán y se conocen desde que coincidieron en las categorías inferiores del Hilal, un club con el que Adam llegó a competir en la Premier League sudanesa, en la que también jugó, en dos equipos diferentes, Mohammed.

"En Sudán es difícil llevar a cabo tu sueño de jugar al fútbol", se lamenta Adam, porque los entrenamientos tenían lugar después de largas jornadas laborales "muy duras y cansadas" que no les permitían continuar con el ejercicio físico.

No solo el trabajo se interponía en sus entrenamientos: a veces Adam no podía dormir en toda la noche "porque venían grupos armados" a su barrio para reclutar combatientes para la guerra de Yemen.

"La inseguridad no te da tranquilidad", afirma, mientras Mohamed asegura que "querría olvidar esos días duros", en los que estas bandas forzaban a jóvenes para ir a combatir al otro lado del mar Rojo.

Adam recuerda que tanto él como su compañero provienen de familias pobres" y han crecido siempre haciendo frente al hambre y a la escasez, unas condiciones que les llevaron a salir de Sudán rumbo a Europa.

La llegada a Europa

Mohammed y Adam fueron rescatados en el Mediterráneo por la ONG Proactiva Open Arms el pasado 26 de marzo, cuando navegaban en un bote de madera con otras 95 personas.

En Libia, antes de zarpar, sufrieron las duras condiciones de un centro de detención durante nueve meses, hasta que lograron escapar y, junto a otros amigos, organizar el viaje y partir hacia su sueño europeo.

Una vez llegados a Roma, Mohammed y Adam recibieron la ayuda de Baobab Experience, una organización de voluntariado que acompaña a las personas que piden asilo en Italia: les ha proporcionado un alojamiento, un lugar donde entrenar y clases de italiano, con el objetivo de que puedan emanciparse y llevar a cabo su proyecto de vida.

Para ellos su vida es el fútbol, como revela su rutina, explicada por Adam: "Si hay entrenamiento con el equipo, lo hacemos, si no, venimos al parque y entrenamos por nuestra cuenta dos o tres horas. Volvemos a casa, comemos y descansamos, para después volver al parque y por la tarde entrenar otra vez".

Mohammed y Adam viven con otros jóvenes africanos y se entrenan ahora con un equipo amateur, formado también por otras personas en busca de asilo, con los que juegan algunos partidos amistosos, y aunque ya tiene una oferta del Montespaccato, un club de Serie D, todavía no han firmado.

El sueño de la serie A

"Mi sueño no se para en Serie D, mi sueño es jugar en la Serie A, en clubes como el Nápoles o el Roma, especialmente el Roma de mi corazón", cuenta Adam con una pelota de su equipo favorito entre los pies.

Mohammed se inspira en jugadores como Marcelo, Douglas Costa o Totti, mientras que las mayores influencias de Adam son Andrea Pirlo y Daniel Alves.

A pesar del optimismo que desde Italia muestran ante su futura carrera deportiva, ambos son tajantes cuando recuerdan el camino recorrido para llegar a Europa: "No le deseamos a nadie el mismo viaje".

Aunque eso no evita que Mohammed sea claro sobre los motivos que llevan a jóvenes como ellos a migrar. "La gente tiene un motivo para venir. En el lugar del que vengo no hay seguridad y allí los sueños no se pueden lograr"

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