Fernando Martín, expresidente del Real Madrid, en estado grave por coronavirus
El empresario, de 72 años, rigió la entidad de Chamartín durante dos meses, tras la dimisión de Florentino Pérez en 2006.
El empresario Fernando Martín, que ocupó la presidencia del Real Madrid entre el 27 de febrero de 2006 y el 26 de abril del mismo año, permanece ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Puerta de Hierro de Madrid tras contraer el coronavirus, la misma enfermedad que el pasado sábado segó la vida de otro exmandatario de la entidad de Chamartín, Lorenzo Sanz.
Dueño del grupo Martinsa, Fernando Martín tomó las riendas del Real Madrid tras la dimisión, en febrero de 2006, de Florentino Pérez, y abandonó el cargo después de que la junta directiva decidiese convocar elecciones a la presidencia en contra de su deseo, lo que motivó su dimisión y dejó la entidad en manos de Luis Gómez-Montejano, sustituto de modo interino hasta la celebración de unos comicios en los que se impondría Ramón Calderón.
Natural de Trigueros del Valle (Valladolid) y licenciado en Ciencias Químicas, Fernando Martín, de 72 años, creó en 1991 el grupo inmobiliario Martinsa y en 1995 se unió a la candidatura de Florentino Pérez a la presidencia del Real Madrid, que saldría derrotada a manos del por entonces presidente Ramón Mendoza.
Después de que el dueño de ACS volviera a presentarse para vencer en el año 2000 a Lorenzo Sanz, con el fichaje del portugués Luis Figo como promesa estrella de la campaña, Fernando Martín entró en la directiva del Real Madrid como uno de los principales hombres de confianza de Florentino Pérez. La renuncia de éste a causa de una aguda crisis de resultados en febrero de 2006 elevó a la presidencia a quien por entonces era uno de los empresarios de moda de España, que poco después tomaría el control de la inmobiliaria gallega Fadesa por 4.000 millones de euros. Además tenía paquetes accionariales en Unión Fenosa, BBVA y el Santander.
Pero su mandato al frente de un Real Madrid sumido en un periodo convulso fue breve y su caída preludiaría la crisis empresarial de un hombre que en julio de 2008, tras el estallido de la burbuja inmobiliaria, se veía obligado a solicitar una suspensión de pagos para Martinsa-Fadesa, con una deuda por entonces de unos 7.000 millones de euros. En 2015, al no lograr un acuerdo con los bancos acreedores, la empresa entró en proceso de liquidación.
