fútbol aragonés
De Primo a Atienza
Hasta 37 futbolistas han vestido la camiseta de los primeros equipos del Real Zaragoza y de la S. D. Huesca (o de su predecesora, la Unión Deportiva).
Primitivo Villacampa Viscasillas (Lascellas, Huesca) fue uno de esos expertos a balón parado que tanto incomodan a los guardametas. Un francotirador, en su acepción menos bélica, que abría surco en el carril izquierdo a base de insistencia, pero que destacó por otra virtud: poseía una zurda precisa, en un momento en el que se imponía el rompe y rasga, con la que combaba sus lanzamientos de esquina. Con su pie más hábil firmó dos tantos olímpicos, directamente desde el área que delimita el córner, en un único partido, el que el entonces Zaragoza F. C. ganó al poderoso Atlético Aviación el 17 de diciembre de 1939 en el extinto campo de Torrero. Primitivo -Primo, como se le conocía- fue un pionero al explotar de este modo su pie enfundado en seda. Pero también, sin saberlo, asfaltó un camino que durante décadas han recorrido, en dos direcciones, un buen puñado de jugadores, pues el extremo oscense fue el primer jugador de la historia en defender los colores del Huesca (representados en ese momento por la Unión Deportiva) y el Real Zaragoza, por el que fichó en 1933 tras un año como azulgrana.
Porque quizá el envite entre los dos equipos aragoneses de mayor categoría no cuente con la tradición de los derbis sevillano, barcelonés o madrileño, y el aficionado común no viva pendiente de los quehaceres diarios del vecino, como sí ocurre en Asturias, Galicia o el País Vasco. Pero hay un aspecto en el que el fútbol aragonés golea a la mayoría: en pocas comunidades autónomas ha habido un trasvase de futbolistas como el que han sostenido las entidades zaragocista y huesquista. Se contabilizan hasta 37 ‘agentes dobles’.
Pichu Atienza ha sido el último en sumarse al selecto club que fundó Primo hace ya ocho décadas. Pero la carretera -luego autovía- que une ambas ciudades ha visto pasar no pocos atletas que han dejado una fuerte impronta en al menos uno de las clubes, o que incluso han marcado época. Es el caso de Juanjo Camacho, eterno capitán azulgrana después de una docena de campañas, la mayor parte en Segunda, pero en las que también se batió el cobre en el barro de 2ªB y paladeó, lo poco que le dejaron, las mieles de la Primera División. Antes de su periplo en El Alcoraz, el centrocampista fue una firme promesa de la Ciudad Deportiva zaragocista e incluso disputó siete partidos oficiales defendiendo el escudo del león con los mayores.
De los 37 cromos de la colección, tal vez el que más alto cotizó en el Real Zaragoza fue Juan Carlos Justes. El centrocampista de Almudévar se formó en el Deportivo Aragón, dio el salto al primer equipo en 1983 y tres años después llegó a ser campeón de Copa del Rey tras disputar como central la célebre final contra el Barça que resolvió Rubén Sosa. El almudevano recalaría en 1996 en el conjunto del Altoaragón, aunque su participación no evitó el descenso a Tercera.
Otro ilustre zaragocista con pasado oscense es Julio Bernard. El defensa se enfundó la blanquilla en 1953 tras un año de forja en Huesca y acabó portando el brazalete de capitán. Su papel dentro y fuera del terreno de juego resultó fundamental en una etapa inestable, pero que sirvió para sentar las bases del mejor Zaragoza de la historia, el de Los Magníficos. Compartió línea con compañeros del nivel de Manuel Torres y Alustiza.
Las últimas décadas han estado marcadas por un incesante ir y venir de piezas de diferente nivel. Borja Bastón se consolidó como goleador en La Romareda tras un paso irregular por El Alcoraz, mientras Vinicius Araújo fracasó en los dos recintos. El tinerfeño Jesús Valentín no terminó de convencer en su periplo aragonés y los también defensas Diogo y Dorado ofrecieron momentos de buen fútbol a las dos aficiones.
Linares es ahora suplente de garantías en el Zaragoza tras un breve paso por el Huesca que queda ya lejano y Luis Helguera, formado en las instalaciones de la carretera de Cuarte, fue fundamental en el asentamiento de la SD Huesca en la LFP. Caso aparte es el de los arqueros. Nada menos que ocho cancerberos han defendido las dos porterías, desde José Calvo, en la década de los 40, hasta Óscar Whalley, pasando por Leo Franco, Toni Doblas, Luis García, Miguel Martínez, Rubén Falcón, y Zaparaín.
Desde el filial
La ecuación crece exponencialmente si se busca entre los jugadores que saltaron directamente del Deportivo Aragón al primer equipo oscense, un camino habitual hasta hace relativamente poco tiempo. En ese grupo se encuentran nombres como el de Ripa, Sorribas, Miramón, Sastre, Lalo Arantegui, Luso Delgado, Cabrero, Gibanel e, incluso, el expresidente de la entidad azulgrana, Agustín Lasaosa.
- 'Pichu' Atienza Valverde, Francisco Javier
- Bernad Valmaseda, Julio
- González Tomás, Borja Bastón
- Calvo Iranzo, José
- Camacho Barnola, Juan José 'Juanjo'
- Corvinos Baseca, Julián
- Coscolluela Morales, Teófilo
- Diogo Enseñat, Carlos Andrés
- Doblas Santana, Antonio 'Toni'
- Dorado Ramírez, José Antonio 'Chechu'
- Esnáider Ruiz, Juan
- Gascón, Jaime
- Gozalo Montero, Antonio
- Hernández de las Heras, Teodoro
- Rodríguez Martínez, Iñigo
- Suárez Lizano, Francisco Javier
- Valentín Rodríguez, Jesús Miguel
- Justes Albiol, Juan Carlos
- Grant Carvalheira, Kilian
- Lacruz Campos, Emilio
- Franco Ansío, Leonardo Neoren
- Linares Cólera, Miguel
- García Conde, Luis
- Helguera Bujía, Luis
- Martínez de Corta, Miguel
- García León, Moisés
- Hernández Burillo, Tomás 'Moreno'
- Navarrete Sánchez, Ceferino
- Villacampa Viscasillas, Primitivo 'Primo'
- Falcón Minguez, Rubén
- Solanas Marín, José
- Unanue Vergara, Pedro
- Pascual Collado, Vicente
- Vasconcelos Araújo, Vinicius
- Hernández Paesa, Virgilio
- Whalley Guardado, Óscar Alexander
- Zaparaín Sanz, Jorge