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El Valencia desafía al rey de la Copa

El Barcelona aspira al doblete en Sevilla ante un rival que no levanta un título desde hace once años. 

Ernesto Valverde, técnico del Barcelona, durante el entrenamiento de ayer del conjunto azulgrana.
Ernesto Valverde, técnico del Barcelona, durante el entrenamiento de ayer del conjunto azulgrana.
Alejandro Garcia/EFE

El Barça, dueño y señor de la Copa del Rey durante las últimas cuatro temporadas y con diferencia el club más laureado en la historia del decano de los torneos oficiales del fútbol español, pone en juego su condición de campeón en una final ante un Valencia (21.00, La 1) que tratará de levantar un título once años después de conquistar su último torneo del KO. Lo hizo ante el Getafe, en el Vicente Calderón, en 2008, tras una campaña liguera para olvidar salvada por aquella conquista de la mano de Ronald Koeman como entrenador.

A la condición hegemónica del equipo de Ernesto Valverde, que no conoce una derrota definitiva en Copa desde la final de Mestalla ante el Real Madrid en 2014, se opone la ilusión del club levantino, que no contempla mejor guinda al pastel de su centenario que el que sería su octavo título de Copa. Para Valverde, un triunfo en el Benito Villamarín supondría además el respiro que necesita para recomponer su proyecto en el Barça después de la debacle histórica ante el Liverpool en Anfield en la vuelta de las semifinales de la Liga de Campeones. Cosas del fútbol actual, un técnico que suma por ahora cuatro de los siete títulos posibles durante su etapa en el Camp Nou se enfrenta a un plebiscito.

Por todo ello, se podría afirmar perfectamente que la final de Sevilla se trata de un duelo de la ambición che ante la obligación culé que las dinámicas de ambos equipos en las últimas semanas han acabado por igualar. Y es que el Barça está más que acostumbrado a estas lides, no en vano se trata de su novena final en once años. Tanto es así que el equipo catalán no viajará a la capital andaluza hasta este mismo sábado, mientras que el Valencia de Marcelino García Toral lleva ya un par de días concentrado en las instalaciones del Hotel Montecastillo Golf de Jerez de la Frontera preparando la final.

Ambos técnicos dispondrán sobre el verde del Villamarín sus onces de gala, con la excepción de un Luis Suárez lesionado y con la alternativa para sus respectivos porteros de la Copa, ya que como ha venido siendo habitual a lo largo del torneo, Jasper Cillessen y Jaume Doménech defenderán las porterías azulgrana y che, respectivamente. Valverde no tendrá en el banquillo al guardameta titular en Liga y Champions, Marc-André Ter Stegen, toda vez que el alemán se lesionó esta misma semana y ya dijo adiós a la temporada unos días antes que el resto la plantilla del Barça.

Dos caminos tortuosos

Los caminos de ambos equipos hasta la gran final de Sevilla han sido muy diferentes en cuanto a los rivales que han ido dejando por el camino, pero confluyen en el hecho de haber rozado la tragedia en alguna ocasión. Para el Barça, la Copa comenzó con una eliminatoria ante la Cultural Leonesa con victoria en el tiempo de descuento en la ida y solvente goleada en la vuelta, continuó con el episodio de la alineación indebida del canterano Chumi en una visita al Levante que se saldó con derrota y que obligó a una remontada en el Camp Nou que se repitió en cuartos ante el Sevilla después de rozar el KO en el Sánchez Pizjuán con los suplentes y concluyó con un 0-3 en el Santiago Bernabéu para eliminar a un Real Madrid que había sacado un empate en la Ciudad Condal.

Por su parte, el Valencia rozó el ridículo en dieciseisavos ante el Ebro, perdió en octavos en su visita al Sporting de Gijón en el momento más crítico de Marcelino en el banquillo, pero solventó la eliminatoria en Mestalla, remontó de manera agónica después ante el Getafe en cuartos y dejó al Betis sin final en casa.

Será la cuarta final copera de la historia entre ambos equipos, con balance de 2-1 favorable al Barça hasta ahora, puesto que los azulgranas se impusieron al Valencia en 1952 y en 1971, y perdieron en 1954 en las tres finales previas, disputadas todas ellas en el Santiago Bernabéu. Una rivalidad clásica del fútbol español que incluso llegó a ampliar su alcance a una final continental en 1962, en una eliminatoria a doble partido de la Copa de Ferias que se decantó a favor del Valencia.

Por otra parte, Sevilla también acogerá la final del torneo por cuarta vez en su historia, ya que debutó como sede en 1925 con un Barcelona-Arenas de Guecho (2-0)_disputado en el antiguo campo Reina Victoria y repitió en 1999 y 2001, ya en el estadio de La Cartuja, con un Valencia-Atlético (3-0) y un Zaragoza-Celta de Vigo (3-1). Tanto culés como ches ya saben lo que es elevar al cielo de la capital andaluza un trofeo al que ahora aspiran de nuevo.

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