"Si solo les prohíbes ir a los partidos nunca cambiarás su comportamiento". Lo dice Bruce Buck, el presidente del Chelsea. Y con esa premisa, el club de fútbol británico va a desarrollar una curiosa iniciativa: enviará a sus hinchas racistas y violentos a conocer el campo nazi de Auschwitz, para que vean de primera mano el horror al que lleva la intolerancia.

Hasta ahora, el club expulsaba durante tres años a los aficionados más radicales. La idea ahora es darles a elegir entre quedarse sin el abono o conocer in situ el campo de exterminio polaco.

Desde el Chelsea confían en que la iniciativa haga reflexionar a los aficionados y les permita cambiar su comportamiento. "Es complicado actuar cuando un grupo de 50 o 100 personas están cantando (lemas racistas en el campo). Es casi imposible negociar con ellos o incluso sacarlos del estado. Pero si tenemos individuos que podemos identificar uno a uno, entonces podemos actuar", explica Buck.

El club considera que “la concienciación es la mejor medida para luchar contra los ataques de los radicales dentro y fuera del estadio” y que los viajes a Auschwitz permitirán a los violentos "darse cuenta de lo que han hecho mal y comportarse mejor en el futuro".

Curisamente, el dueño del Chelsea es el empresario ruso Roman Abramovich, que es judío. Desde su llegada, el conjunto londinense ha lanzado varias campañas contra el racismo. El pasado enero lanzó el lema 'Di no al antisemitismo", con el objetivo de educar a jugadores y seguidores.

Y es que el odio a los judíos es, casi, un mantra de los 'blues'. Así, por ejemplo, parte de la afición llama "yids" (una forma despectiva de dirigirse a los judíos) a los jugadores del Tottenham, otro equipo londinense que está entre sus rivales históricos. Y los cánticos antisemitas son habituales en las gradas del Chelsea.