El Monterroso veterano, un equipo de la Segunda División de Lugo, vivió hace dos fines de semana una extraña situación que les terminó obligando a detener el partido y solicitar a la Guardia Civil que le realizara un control de alcoholemia al árbitro.

Según publica el diario ‘El Progreso’, todo comenzó por “la actitud extraña del colegiado, que se habría encarado con los jugadores monterrosinos tras una jugada polémica".

La expulsión del jugador Eduardo Feijoo, el capitán del equipo, y la agresividad con la que el colegiado se dirigía a los jugadores visitantes precipitó los incidentes, que acabaron con el Monterroso retirándose a los vestuarios y con su petición a la Guardia Civil al no querer el árbitro reiniciar el partido.

Los agentes no pudieron hacerle esta prueba al no tener competencia para hacerlo, si bien ofrecieron al equipo visitante acudir al cuartel a poner una denuncia, algo a lo que el Monterroso finalmente se negó.