Marta Frías dirigirá el amistoso entre España y Holanda

La cita entre las dos selecciones absolutas femeninas será el 20 de enero en San Pedro del Pinatar. La árbitro internacional del Colegio Aragonés ha pasado por Huesca para apoyar la formación de jóvenes aprendices, especialmente chicas.

Marta Frías, la izquierda, posa junto a la también árbitra aragonesa Paola Cebollada en una imagen de comienzos de la presente temporada.
Marta Frías, la izquierda, posa junto a la también árbitra aragonesa Paola Cebollada en una imagen de comienzos de la presente temporada.
Guillermo Mestre

La árbitra internacional Marta Frías continúa acaparando la dirección de partidos de alta relevancia, añadiendo este próximo 20 de enero otro encuentro más de estas características que a sus 37 años decorará en mayor grado una extensa y provechosa trayectoria. La cacereña, aunque aragonesa a todos los efectos, pitará el España-Holanda amistoso, que reunirá a las dos selecciones femeninas absolutas en la localidad murciana de San Pedro del Pinatar. Marta Frías, pionera y ahora referente para la nueva hornada de colegiadas, cada vez más numerosa, se siente feliz por la designación y también por el claro repunte que el fútbol femenino está viviendo en España. Ella trabaja actualmente para acelerar si cabe esa evolución en positivo. Lo hace predicando con su ejemplo y trasladando todos sus conocimientos a los jóvenes, como ha hecho este jueves en Huesca, en la sede provincial del Comité Aragonés de Árbitros de Fútbol.

“Lo que queremos es ir abriendo el camino a los nuevos árbitros, a los cursillistas. Contarles que el árbitro en sí no es solo lo físico y lo técnico, ya que debe formarse como persona para poder llegar a la élite”, explica Marta Frías sobre el motivo de su visita a la capital altoaragonesa, donde le acompañó entre otros/as la oscense Carmelo Capistrós, como le acompaña en la banda ejerciendo las funciones de asistente en algunos partidos de la Primera División Femenina, de la Liga Iberdrola. En la misma arbitra igual la aragonesa Paola Cebollada.

Entre las lecciones de Marta, “los pasos que hay que seguir y lo que se valora para el cambio de categoría. Y lo que más se valora es el trabajo y la constancia. Mi lema siempre ha sido el que quiere, puede. Yo he llegado a donde he llegado por el trabajo diario”, afirma. Además, es clave “la humildad. Cuando empecé era Martas Frías Acedo y ahora soy Marta Frías Acedo. Sigo siendo la misma y eso me ha llevado lejos”. Tanto como a pitar en Liga de Campeones después de una carrera forjada a martillo y cincel desde el fútbol base, a través de las categorías regionales y nacionales. No ha abandonado el dirigir partidos en inferiores, cosa que sigue haciendo cuando no es designada en la Primera femenina.

Según Marta, “el respeto, el ‘fair-play’ que dicen en FIFA, se gana respetando en el campo. Al final todos somos humanos y nos equivocamos, los jugadores y los árbitros. De lo que se trata es de pasar desapercibido. Eso es lo mejor que te puede pasar, que no se hable de ti y que se hable solamente del partido”. Dentro de ese respeto, ¿lo recibe más por parte de los hombres o de las mujeres? “Cuando empecé hace 17 años te respetaban más los chicos, pero ahora como somos un personaje ya adaptado en el mundo del fútbol es igual con unos que con otros. Los chicos tienen como una barrera y con las chicas no pasa por ser del mismo sexo, a la hora de hablarte. Pero eso depende de la persona. El respeto lo lleva uno mismo”, contesta.

Se felicita la árbitro del Colegio Aragonés por la eclosión del fútbol femenino y el consiguiente despertar del arbitraje femenino.“Es todo es una sucesión. Creció el fútbol femenino. La Liga Iberdrola le dio la fuerza que necesitaba y a la vista está que el arbitraje español femenino ha crecido, un 26% desde que está la Liga. Es un crecimiento súper fuerte”, señala. En Aragón las cifras lo demuestran: en Huesca han acabado el cursillo 8 árbitras, y en Zaragoza hay otras 14 colegiadas más. La comparativa con temporadas anteriores es grande. Respecto a épocas pasadas, directamente es incomparable. “Hace poco un partido de Preferente una asistente y una árbitra. Esto era impensable hace un par de años”, recuerda Marta. “Yo no me quejo, porque me siento una privilegiada dentro el mundo del arbitraje, pero si esto me pasa a mi 17 años atrás… ahora mismo es un lujo ser árbitro”, afirma sin dudar.

En su papel de precursora, la ‘extremaña’ considera que “siempre se necesita alguien que abra la puerta. Aunque no es lo mismo que te la abran de par en par que ir empujando la llave para abrirla”.

De momento, el fútbol femenino en todos sus ámbitos continúa su imparable proceso hacia la consolidación. Eso sí, todavía existen retos difíciles de asumir para las árbitras, como es pitar en Primera División masculina. “Lo veo muy complicado a día de hoy, sobre todo por el nivel físico. Los árbitros son auténticos atletas. Una chica no tiene barreras, la única es que necesita ser también un atleta. Los tiempos están ahí (6 minutos y 50 segundos los 2.000 metros), si los cumples y los haces puede subir una chica igual que un chico”, manifiesta Marta Frías, la gran referente aragonesa en el arbitraje que quiere seguir siéndolo y aprovechar su figura para alentar a que cada vez más jóvenes cojan un silbato y pongan orden sobre un rectángulo de juego.

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