Cuando el fútbol empezó a cambiar

Hace 50 años, HERALDO contó cómo se empezaban a volorar las sustituciones de jugadores en mitad de un partido de fútbol.

Noticia publicada en HERALDO hace 50 años.
Cuando el fútbol empezó a cambiar
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Hace medio siglo se empezaron a valorar las sustituciones de jugadores en mitad de un partido de fútbol. Lo que enseguida fue algo muy normal parecía entonces una barbaridad. La FIFA valoraba la posibilidad de que un máximo de 13 jugadores pudieran participar en cada encuentro. El problema estaba en las sustituciones: ¿definitivas o temporales, como en el baloncesto, con posibilidad de regresar al juego? Los amantes de la pureza en las reglas se rasgaban las vestiduras. Al final, la sangre no llegaría al río, los cambios transformarían todo… y los futboleros han seguido fieles a su religión 50 años después.


El fútbol podría convertirse en una farsa si una propuesta actualmente examinada por un comité de la FIFA, la de que un equipo estuviera formada por 13 jugadores, de los cuales solamente 11 podrían encontrarse en el terreno de juego al mismo tiempo, no es modificada, nos dice Brian Glanville. Aunque los sustitutos son algo deseable, esta propuesta está llena de fallos, pues parece sugerir que un hombre que ha sido sustituido podría volver de nuevo..., lo que nos llevaría a amplios abusos. Examinando cómo la regla de las suspensiones funcionó en Inglaterra la temporada pasada, Glanville sugiere un plan de compromiso, que podría curar una injusticia todavía no remediada.


LONDRES (Crónica deportiva de Agencia Zardoya exclusiva para HERALDO DE ARAGÓN).


La FIFA ha enviado a un comité consultivo la propuesta de que el fútbol sea un deporte jugado por 13 hombres por cada bando, de los cuales tan solo 11 pueden estar en terreno de juego al mismo tiempo. Y por mi parte confío en que el comité, o bien modifique la idea, o la rechace.

El que los sustitutos no son solamente necesario, sino deseables, es algo en lo que he creído desde hace muchos años.


El torneo de Liga de la temporada pasada en Inglaterra se convirtió en una competición más justa, más equilibrada y con más sentido, como resultado de la autorización para sustituir a un jugador. Examinando el resultado sorprendente en un periódico de la tarde, uno se decía a sí mismo que algún jugador del conjunto derrotado debió quedar lesionado.


Cierto que de vez en cuando un portero resultaba lesionado y en casi todos los casos tenía que ser sustituido por un jugador que no estaba en el terreno de Juego. (Lo malo es que siendo posible las lesiones en los once jugadores, uno no se atreve a citar al portero como sustituto).


Lo estimulante del asunto es que se abusó muy poco de la autorización. Mi propio temor cuando se anunció el proyecto era que podían introducirse fácilmente prácticas dudosas, especialmente en los periodos finales de un encuentro en que un hombre descansado podía saltar al campo para sustituir a un jugador cansado o en baja forma.

[…]

La principal debilidad del sistema inglés, a mi parecer, es que realmente no remediaba la injusticia más grave de todas: la lesión de un portero. Cada equipo podía nombrar su sustituto antes del partido; y todos los equipos, como he dicho, inevitablemente elegían un jugador distinto al meta.

[…]

La solución, a mi parecer, es perfectamente clara; y en ella tenemos los fundamentos para un compromiso con la nueva sugerencia de la FIFA. Un equipo debiera poder sustituir a cualquier jugador en cualquier momento del encuentro, como sucede ahora en Inglaterra, y sustituir además al portero. Así los equipos verdaderamente estarían formados por 13 hombres, de los cuales nunca podría haber más de 11 en el terreno de juego.


Pero la propuesta de la FIFA me parece llena de fallos. Sobre todo, lo que parece sugerir es que un hombre que ha sido sustituido puede volver de nuevo al campo. Esto es claramente injusto, pues permitiría a un equipo aprovecharse de la medida en dos direcciones, permitiendo que un jugador salga del campo para descansar.


De este modo el encuentro quedaría reducido a una farsa en que los jugadores entrarían y saldrían en un ir y venir desatinado... un cambio constante de guardia.


Es concebible que un equipo, por ejemplo, podría jugar con una formación de ataque hasta que obtuviera la delantera e introducir después dos defensores en lugar de una pareja de delanteros. La honradez y la continuidad son dos valores inapreciables en el fútbol y los dos se verían amenazados por el proyecto de la FIFA.


Y además, ¿por qué limitar un equipo a 13 jugadores, que sin duda es un número arbitrario? ¿Por qué no 15, 18 o incluso 22? De este modo nos encontraríamos pronto en camino del estilo del fútbol americano en el que un equipo defensivo es sustituido descarada y legalmente por un equipo de ataque y viceversa.

[…]

Pero si vamos a tener un conjunto de 13 hombres, que sean por lo menos 11 hombres y dos porteros.


Recopilado por Elena de la Riva y Mapi Rodríguez. Documentación de Heraldo de Aragón

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