"La historia del fútbol está llena de héroes y antihéroes"

El futbolista que se quitó la vida en el centro del campo, el que dejó su equipo para marcharse de gira con Lola Flores o el que nació en una patera son algunos de los protagonistas del libro 'Goles al margen', de Chema González.

Chema González, autor del libro 'Goles al margen'
Chema González, autor del libro 'Goles al margen'

“No hay que jugar para ganar, sino para que no te olviden”. Esta frase del jugador brasileño Sócrates, que adorna la contraportada de 'Goles al margen', define perfectamente el espíritu del libro del periodista y escritor Chema González, salmantino de nacimiento y zaragozano de adopción. En esta recopilación de 45 relatos lo que menos importa es quién marcó aquel gol o quién acabó ganando.


'Goles al margen' es la historia de un zaragocista que se perdió el gol de los goles, el golpe de magia de Nayim en París, porque en el minuto 119 del partido decidió ir al baño para no perderse los penaltis. La del jugador que nació en una patera y acabó jugando el pasado Mundial de Brasil. La verdadera historia del Start, con su parte de leyenda, que relata la película 'Evasión o victoria'. La del jugador que abandonó a su equipo -y a su mujer- para irse de gira con Lola Flores o la del uruguayo que, cuando dejó de ser titular con su equipo, se disparó en el corazón en el centro del campo.



¿Qué pueden encontrar los lectores en 'Goles al Margen'?

Sobre todo historias de fútbol. Historias entrelazadas de jugadores, ya que cada capítulo lo protagoniza un futbolista, pero aparecen otros muchos. También se mezcla el contexto histórico o social en el que ocurren los hechos, desde las Guerras Mundiales a la Guerra Civil, pasando por las dictaduras latinoamericanas o las crisis de refugiados.


¿Por qué estos 45 personajes y no otros?

Lo dejé en 45 porque creo que, metafóricamente, el fútbol ha llegado al descanso. Ahora es un mundo distinto, marcado por la publicidad, los derechos de televisión, en el que hay mucha gente delante de una pantalla, pero no en la grada, sintiéndolo y viviéndolo. Por eso paré en 45, pero podría haber elegido a muchos otros. Los grandes, por ejemplo, no están. No hay ningún capítulo sobre Maradona, Di Stéfano, Pelé o Cruyff, pero sí aparecen en otros relatos. La historia del fútbol está llena de héroes y antihéroes, y todos los protagonistas de este libro tienen algo especial. Por ejemplo Platko, un portero húngaro que jugó en el Barcelona a principios del siglo pasado al que Alberti le dedicó una poesía. Fue muy conocido en su época, pero esto es lo que le ha convertido en inmortal.


Cuenta en las primeras páginas que el libro nació una tarde de domingo. Un libro así no podía haberse imaginado otro día.

La pena es que el fútbol ya está el viernes por la noche, el lunes por la noche... Es un auténtico desastre, sobre todo para la radio. Para los que nos gusta el fútbol era muy bonito poder escuchar todos los partidos a la vez y que hubiera gol en Las Gaunas, gol en La Romareda y penalti en Mestalla en una tarde de domingo. Me desperté de una pequeña siesta y pensé dónde estaría jugando el Salamanca. No estaba jugando porque había desaparecido. Esa nostalgia fue el punto de partida del libro.




El Real Zaragoza, el equipo de su ciudad de adopción, también está presente en el libro.

Hay un capítulo dedicado al gol de Nayim, pero contado a través de la vivencia de un aficionado, un amigo que fue a París y se lo perdió porque en el minuto 119 decidió ir al baño para ver los penaltis. Se fue de Zaragoza a París en un autobús, con todos sus amigos, y se perdió el momento más mítico de la historia del Real Zaragoza por ir al baño. Desde allí escuchó los gritos, pero no diferenciaba si decían “gol” o “goal”, así que hasta que no llegó a la grada no se enteró de que su equipo acababa de ganar la Recopa. En ese momento se quedó bloqueado, y recuerda todo el viaje y el partido, pero a partir de ahí no recuerda casi nada. Es una forma muy curiosa de contar esa historia.


El libro comienza con la historia del jugador más fiel a unos colores, aunque lo demostró de la forma más decabellada.

Abdón Porte. Un futbolista uruguayo que, al perder la titularidad en su equipo, decide quitarse la vida. Es tremendo. En las gradas todavía hay pancartas que dicen: “Por la sangre de Abdón”. Se disparó en el corazón en el centro del campo. Imagina al que llegó para ocupar su puesto. Eso sí que es una losa y no jugar con la camiseta de Messi.


Y acaba con una historia que nos recuerda mucho a lo que ocurre en la actualidad con los inmigrantes que intentan llegar a Europa. Pero en esta ocasión ha tenido un final feliz.

Es una de mis preferidas. Mavuba es un futbolista que nació en una patera en el Atlántico en la que sus padres viajaban desde África hasta Marsella. En su pasaporte ponía “Né en mer” (nacido en el mar). Su padre fue al Mundial del 74 con Zaire, pero no llegó a debutar. Mavuba se quedó huérfano pronto y fue criado por un familiar. El chico empezó a destacar y acabó jugando el pasado Mundial de Brasil con Francia. Debutó contra Honduras. Tardó en conseguir el pasaporte 20 años. Es un ejemplo de la crisis de los refugiados trasladado al fútbol. Cuando alguien triunfa se le pone la alfombra roja, pero hasta entonces...


Entre estas dos historias se pueden encontrar otras 43 relatos de héroes y antihéroes. ¿Con cuál se quedaría?

Les tengo cariño a todos. Me gusta mucho el de Mavuba. También el de 'Los chicos de la panadería', que es la historia del Start, que llevó al cine John Huston en la película 'Evasión o victoria', pero en una versión muy americanizada, situando el conflicto en París entre los nazis y los aliados, cuando fue en Ucrania entre un equipo de chicos que jugaban al fútbol con el país conquistado por los alemanes y acaban derrotando a todos los equipos a los que se enfrentaban. Cuenta la leyenda que en un partido, cuando iban ganando al equipo del ejército alemán por bastante diferencia, uno de los jugadores del Start regateó al portero y cuando iba a marcar se dio la vuelta y no marcó el gol en un gesto de desprecio. Tiene mucho de leyenda, pero me gusta creer que ocurrió así.





El libro está plagado de romanticismo del fútbol de otras épocas. ¿En la actualidad se pueden encontrar este tipo de historias?

Si buscas yo creo que sí. Por ejemplo, la de Iñaki Williams. Es una historia maravillosa de un chico negro que nace en Bilbao, con una madre que trabajaba como limpiadora, y empieza a destacar. El Athletic, que es un club ejemplar para muchas cosas, no paga a sus jugadores más jóvenes, pero a él le tenían que pagar porque su familia no tenía ni para comer. En el mundo del fútbol también hay mucha tontería y muchos intereses, pero al final siempre hay buenas historias.


Si Iñaki Williams podría entrar en la categoría de héroe, ¿quién sería ahora el antihéroe del fútbol español?

Todo el mundo tiene un punto de héroe y de antihéroe. Por ejemplo, ahora se habla mucho de Piqué, que es un gran jugador, un chico rico, guapo, casado con Shakira... Pero al que le gusta mucho bordear la polémica. Y eso que le he podido entrevistar varias veces y es un tipo estupendo, con el que puedes mantener una conversación, cosa que no es tan habitual entre los futbolistas. Pero es un personaje que despierta tanta pasión como odio.


En el libro también aparece Messi, aunque solo sea para que un compatriota diga que no es el mejor jugador argentino. Y tampoco Maradona ni Di Stéfano. ¿Quién fue, entonces?

Es una historia fantástica que me ocurrió en Sevilla. Coincidí con un rosarino, que es ser más que ser argentino. Hablando de quién era el mejor jugador de su país el defendía al Trinche Carlovich. Decía que era lo mejor que había visto nunca. Prácticamente no hay imágenes de cómo jugaba, pero es verdad que Valdano, Menotti, Cappa o Griguol también decían que era el mejor al que habían visto, incluso por encima de Maradona. La tradición oral ha conseguido que sea muy respetado en Argentina cuando muchos no le han visto jugar.


Frases como las del entrenador que dijo que “vamos a ganar sin bajarnos del autobús” ya no se escuchan en la actualidad.

El fútbol tiene muchas frases. Esa es de Helenio Herrera, que podría ser el Mourinho de los años 40 y 50. Me acuerdo que fui con mi padre a pedirle un autógrafo cuando vino el Barcelona. Era elegante, impecablemente vestido, pero también muy chulo. Dijo frases como la del autobús, y otras muy conocidas como esa de que “al fútbol se juega mejor con 10 que con 11”, porque ganó un partido así.


¿De verdad se escapó un futbolista del Atlético de gira con Lola Flores?

Esta historia la conozco por mi madre, que es de Valladolid y me la contó. Gerardo Coque se acababa de casar con su mujer y desapareció para irse de gira con Lola Flores. Era una estrella y jugaba en el Atlético de Madrid cuando se marchó. Al final volvió y su mujer le acabó perdonando, pero como futbolista ya no volvió a ser el mismo.



En este libro lo que menos importancia tienen son los goles.

El título, 'Goles al margen', es muy significativo. Hay una frase del futbolista brasileño Sócrates en la contraportada que define el espíritu del libro: “No hay que jugar para ganar, sino para que no te olviden”. Cuando yo era pequeño, en el colegio todo el mundo quería ser Brasil. Ahora ya no, aunque tengan cinco Mundiales, porque juegan muy mal. Han perdido el cariño que había en los colegios de todo el mundo. Gana o no ganes, pero sobre todo que no te olviden.

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