Mourinho, destituido

El Chelsea decidió este jueves rescindir el contrato del entrenador portugués Jose Mourinho siete meses después de haber conquistado la liga inglesa, según confirmó el club inglés. "El Chelsea Football Club y José Mourinho han decidido dejar de trabajar juntos de mutuo acuerdo. Todos en el Chelsea le agradecemos a Jose su inmensa contribución", señala la entidad londinense en un comunicado.

El técnico luso, de 52 años, se hizo cargo del banquillo de Stamford Bridge en junio de 2013 por segunda vez, tras un primer periodo al frente del vestuario "blue" entre 2004 y 2008.

El Chelsea conquistó la Premier League la pasada temporada con ocho puntos de ventaja respecto al segundo y ganó además la Copa de la Liga, pero ha perdido nueve de los 16 primeros partidos de liga esta temporada. Tras el éxito de la pasada campaña, Mourinho firmó un nuevo contrato de cuatro años de duración el pasado 7 de agosto.

El extécnico del Real Madrid y el Inter de Milán deja al conjunto londinense a tan solo un punto de la zona de descenso y a 20 puntos del líder, el Leciester. A pesar de que todavía no se ha sobrepasado el ecuador de la temporada, las opciones del Chelsea de ocupar uno de los cuatro primeros puestos de la tabla que dan acceso a la Liga de Campeones de cara a la próxima temporada son prácticamente inexistentes.

Con todo, los 'blues' se han clasificado para los octavos de final de la Champions, tras superar la semana pasada al Oporto, y esperan el cruce con el Paris Saint Germain en febrero y marzo. Durante sus dos etapas en Stamford Bridge, Mourinho ha ganado en tres ocasiones la liga inglesa, dos de ellas durante su primer paso por Londres.

El portugués ha sumado además a su palmarés una Copa de Inglaterra (2007) y tres Copas de la Liga (2005, 2007 y 2005). Mourinho deja los "blues" sin cumplir con el máximo objetivo que se había marcado Román Abrámovich, el dueño del club, cuando volvió a confiar en él: ganar la Liga de Campeones.

Una temporada convulsa

Hace un mes y medio el Liverpool goleó en Stamford Bridge al Chelsea (1-3) y dejó a José Mourinho en la cuerda floja. Se aventuraba entonces que el técnico portugués tenía los días contados en el banquillo 'blue'. Sin embargo, tras dos derrotas consecutivas en la Premier League y la despedida de la Copa de la Liga, Roman Abramovich mantuvo al portugués en el cargo porque la afición estaba con 'The Special One'. Ahora, con el equipo a un solo punto del descenso, enfrentado el luso al vestuario y, después de acusar públicamente a Hazard de fingir una lesión y 'tirarse del barco', Mourinho ahora sí que está en el alambre.

Incluso antes de la clasificación para los octavos de la Champions el Chelsea la pasada semana ya comenzó a contactar con entrenadores como posibles sustitutos de Mourinho. El primero, Carlo Ancelotti, que rechazó la oferta porque no desea volver a entrenar hasta junio. A Abramovic también le han recordado amigos comunes del Dnipro ucraniano que Juande Ramos también está disponible para el banquillo del Chelsea, pero el principal candidato para sustituir a Mourinho es Guus Hiddink, el holandés, amigo del magnate ruso, al que convirtió en seleccionador de su país y que ya dirigió al equipo inglés en 2009 con una polémica semifinal de Champions perdida ante el Barcelona.

A pesar de que los seguidores del Chelsea continúa con su respaldo a Mourinho la situación del luso parece ya insostenible, en caída libre y con la guerra recrudecida con sus futbolistas, a quienes ha tildado de traición. De Eden Hazard llegó a decir el lunes que "en 10 segundos decidió que estaba lesionado", cuando se ha confirmado que el belga sufrió un fuerte golpe en la cadera.

También ha chocado Mourinho, entre otros muchos, con Cesc y Diego Costa, aún no ha renovado a Ivanovic como prometió, el pasado lunes retiró a John Terry en el duelo ante el Leicester y, ni siquiera los nuevos, caso de Pedro, están contentos con quien también incendió el vestuario del Real Madrid y dejó tierra quemada en la casa blanca.

Mourinho, que cobra en el Chelsea 250.000 libras a la semana (unos 340.000 euros), es decir, unos 19 millones de euros por temporada, tiene contrato hasta 2019, tras renovarlo el pasado año, y si es despedido antes de cumplirlo tendría que percibir el sueldo de tres años. Sin embargo, es previsible que alcanzase un acuerdo con Abramovich para renunciar a la mitad de su finiquito en caso de que no llegue a final de curso. La crisis del Chelsea puede agravarse aún más de aquí hasta el 16 de febrero, ida de octavos de la Champions ante el PSG, ya que durante los dos próximos meses el equipo londinense tendrá que afrontar 10 jornadas de la Premier y al menos un partido de la FA Cup, y dos de los duelos en la liga serán frente al Manchester United y otro ante el Arsenal.