"Si Quereda sigue, no acudiremos a su llamada"

La aragonesa Silvia Meseguer analiza su experiencia en el Mundial de Canadá y las diferencias que han surgido con el seleccionador.

Meseguer, posando en una de las convocatorias con la Selección.
Meseguer, posando en una de las convocatorias con la Selección.
RFEF

Una semana después de la dolorosa eliminación de la Selección española femenina en el Mundial de Canadá, la hijarana Silvia Meseguer analiza lo que fue una "experiencia única", frustrada por la sensación de no haber estado a la altura de las expectativas creadas. Al igual que el resto de compañeras, hace autocrítica pero no duda en señalar al seleccionador, Ignacio Quereda, como principal causa de la decepción. 


El enfado de la plantilla -con comunicado incluido- por la preparación llevada a cabo antes de la cita ha destapado un cúmulo de razones por las que la confianza en su labor era nula. Las jugadoras reclaman un cambio y exigen un proyecto "serio y profesional", al tiempo que el técnico, tras 27 años en el cargo, sigue viéndose como "capitán del barco" y asegura que no piensa dimitir.


-Silvia, el sueñor era hacer algo grande y se quedó en el camino...

-Sí, lo cierto es que esa es la sensación que nos queda. No solo por no haber sido capaces de pasar de primera ronda, sino porque todas sabemos que podemos hacerlo mucho mejor. No encontramos nuestra mejor versión en ningún momento y ahí han influido muchos factores. 


-¿Qué faltó para llegar más lejos?

-A nivel de resultados, haber empezado ganando el partido frente a Costa Rica nos hubiese dado un plus de confianza. No teníamos experiencia en un Mundial y la falta de acierto de cara a gol nos hizo caer un poco en la ansiedad. En el segundo partido, ante Corea del Sur, que teóricamente era el rival más débil del grupo, no dimos la talla; y contra Brasil sabíamos que era obligatorio aprovechar las ocasiones y tampoco lo hicimos. Después, como sabéis, está el tema del entrenador y la preparación del campeonato, que en ningún caso fue la más adecuada. 


-¿Acudisteis a la cita convencidas de vuestras posibilidades o algo en vuestro interior os frenaba?

-Nosotras teníamos toda la ilusión del mundo. Queríamos disfrutar al máximo de una experiencia así, pero al mismo tiempo éramos conscientes de que no llegábamos en las mejores condiciones. 

Todas conocemos la forma de trabajar de Ignacio y no compartimos sus métodos.


-¿Tan distinta es la preparación llevada a cabo en vuestros clubes de la planteada en la Selección?

-No tiene nada que ver. En nuestros clubes, a pesar de que la mayoría compaginamos el fútbol con el trabajo o los estudios se nos ve como profesionales. Con España no es así. No tenemos una preparación física ni táctica adecuada. Ignacio no prepara informes de los rivales ni de sus propias jugadoras y ni siquiera hemos disputado partidos amistosos. Son muchas cosas...


-Tú fuiste una de las principales damnificadas con sus planteamientos...

-Más allá de haber partido como suplente, me parece curioso que cuando ha decidido utilizarme lo haya hecho como mediapunta, cuando él sabe perfectamente que mi posición es la de medio centro defensivo. Es evidente que ha colocado a muchas jugadoras fuera de sitio y eso siempre se traduce en los resultados. Como las demás, no dejo de reconocer que podría haber estado mejor a nivel individual, pero así resulta complicado.


-¿Qué hubiera pasado de llegar al Mundial en otras circunstancias?

-Eso precisamente nos preguntamos nosotras. Cuál hubiese sido nuestro techo de haber trabajado como es debido, y entendemos que lo fundamental es que esto no vuelva a ocurrir. No te puedes marchar de un Mundial con la sensación de que has dejado pasar una oportunidad. 


-¿Cuándo se tomó la decisión de decir basta?

-Ignacio, después de caer eliminadas, dijo en rueda de prensa que tenía la intención de seguir en el cargo. Entonces nos reunimos todas para poner en común nuestra opinión y decidimos que no podíamos seguir confiando en una persona así. Consideramos que lo más adecuado era exigir la dimisión de una persona que ya lleva 27 años en el cargo a través de un comunicado, para que llegue otra más capacitada y acorde a los tiempos que estamos. El fútbol femenino ha avanzado y él no.


-¿Por qué sale esto ahora y no antes?

-Hay que dejar claro que nuestro único enlace con la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) siempre ha sido Ignacio. Él lo ha querido acaparar todo y ha sido la única figura visible del fútbol femenino, por lo que este enfrentamiento no resulta fácil. Creímos que era el momento de aprovechar la repercusión que se ha creado en los medios de comunicación a consecuencia del Mundial para dar un paso al frente y luchar por un futuro mejor. Han sido muchos años aguantando.


-¿Qué puede pasar si Quereda decide aferrarse al cargo?

-Su primera reacción fue decir que seguía. Él se ve como capitán del barco y o estás con él o contra él. Nosotras hemos explotado y hemos contado lo que está sucediendo. Ahora la decisión está en manos de la RFEF y veremos a ver qué pasa. Si sigue al frente tenemos decidido ir hasta el final y no acudiremos a la próxima convocatoria de la Selección.


-¿Todo quedaría zanjado con un nuevo seleccionador?

-Sería un paso enorme. Necesitamos un proyecto serio, con ilusión renovada y dirigido por alguien con ganas de trabajar. Hace falta un cambio que nos dé el último empujón. Esto tiene que significar un antes y un después en el fútbol femenino, independientemente del resultado que hayamos alcanzado en el Mundial tenemos que ser vistas como profesionales.