Inquietud en el Real Madrid

El mal juego, la marcha de Di María, el estado físico de Cristiano y las dudas de Casillas siembran confusión.

Inquietud en el Real Madrid
Inquietud en el Real Madrid
Juan Carlos Hidalgo/efe

Si la cara es el espejo del alma, el rostro que muestran Florentino Pérez, Carlo Ancelotti y buena parte de sus jugadores en este arranque de curso no invitan al optimismo en el Real Madrid. El equipo parece en construcción, ya que las líneas están desconectadas y faltan velocidad y ritmo de juego, igual que el año pasado por estas fechas; pero la sensación es de malhumor generalizado. Venían los blancos de conquistar la Décima y de mostrar solvencia ante el Sevilla en la Supercopa de Europa, pero la derrota ante el Atlético a doble partido y la pobre imagen mostrada en el triunfo ante el modesto Córdoba han provocado incluso pitos entre la afición del Bernabéu para Arbeloa –al ser sustituido por Carvajal–, para Iker Casillas –tras otra mala salida en un córner que pudo suponer un empate provisional– y para Benzema –a pesar de marcar un tanto clave que acabó con 155 días y ocho partidos de sequía goleadora–.


El presidente exige mucho más porque entiende que ha reforzado la plantilla con dos de los mejores jugadores del pasado Mundial de Brasil, el alemán Kroos y el colombiano James, y un portero emergente como el costarricense Keylor Navas. E insiste en su círculo próximo en que el entrenador no tiene motivos para quejarse. Carletto no rechista en público, pero en su fuero interno está molesto. El club decidió que se marchase Diego López, el portero preferido del entrenador, mantuvo a Casillas y no cerró al debate de la portería al pagar 10 millones al Levante por Keylor. Iker ha recuperado la titularidad pero no la sonrisa. Se muestra dubitativo.


La venta de Di María al Manchester United a cambio de al menos 75 millones puede ser un negocio, pero no es compartida en el plano deportivo por Ancelotti y por los pesos pesados del vestuario. El argentino quería marcharse, pero fue pieza clave en la consecución de la pasada Champions. Con el Fideo encontró Ancelotti el equilibrio que no hallaba con Isco por detrás de la BBC. El problema se repite ahora con James.


Kroos es un extraordinario futbolista que provoca dolores de cabeza en Xabi Alonso, lejos de su mejor forma ya desde finales de la pasada campaña y carne de banquillo ante el Córdoba después de su floja Supercopa ante el Atlético. Isco necesita más minutos para mantener su progresión e Illarramendi podría marcharse cedido antes del cierre de mercado, el 1 de septiembre. La entrada de Khedira en sustitución de Benzema, a falta de un cuarto de hora para el final del choque ante los cordobeses, supuso una polémica pero significativa decisión de Ancelotti. Illarra costó 38 millones y es la última opción.


Los laterales tampoco están satisfechos. La alternancia entre Coentrao y Marcelo da sobrados motivos para pensar que Ancelotti no confía cien por cien en ninguno de ellos, y Arbeloa está indignado por su condición de suplente, los pitos de su hinchada y su salida del campo el lunes en beneficio de Carvajal, que a su vez no entiende por qué se cayó del equipo tras la pérdida de la Supercopa. Se echa en falta otro ariete que compita con Benzema e inquieta el estado físico de Cristiano Ronaldo, que mostró signos de dolor incluso cuando tras lanzar el derechazo que cercenó las esperanzas de los cordobeses. El conflicto entre el astro portugués y los médicos es evidente.


En medio de este ambiente extraño que sobrevuela Chamartín, ayer se presentó a nueva equipación del Real Madrid para la Liga de Campeones. De puertas para fuera, el club trasladó una imagen de gran optimismo y confianza. «Es difícil revalidar el título, ningún club lo ha conseguido, pero tenemos más ganas e ilusión que el año pasado. Tenemos una muy buena plantilla y, con los jugadores que han llegado nuevos, disponemos de un equipo espectacular. Esperamos que consigamos la Undécima», dijo Casillas.